Un dramático episodio en el barrio porteño de Liniers tuvo un desenlace favorable gracias a la rápida intervención de la Policía de la Ciudad y el uso de una pistola Taser.
El hecho ocurrió en una vivienda ubicada en la calle Cosquín al 1200, cuando agentes de la División Despliegue Intervención Rápida (DIR) fueron convocados por la Comisaría Vecinal 9A tras recibir un llamado de auxilio. Un hombre de 31 años sufría una crisis nerviosa y amenazaba con autolesionarse con un cuchillo.
A su llegada, los efectivos fueron recibidos por la madre del sujeto, quien permitió su ingreso al domicilio. Pese a los intentos de diálogo por parte de los oficiales para calmarlo, el hombre no cedió en su actitud. Ante la gravedad de la situación y siguiendo los protocolos establecidos, los agentes decidieron utilizar la pistola Taser para inmovilizarlo.
“Tras la descarga, el hombre soltó el cuchillo, fue reducido de manera segura, y luego trasladado por personal del SAME al Hospital Santojanni, donde recibió atención médica”, informaron fuentes policiales.
El hospital confirmó que la persona no sufrió lesiones durante el procedimiento y se encuentra en proceso de recuperación. La causa quedó caratulada como “tentativa de suicidio” y está bajo la investigación de la Fiscalía Nacional en lo Criminal y Correccional 25.
Este caso resalta el uso de las pistolas Taser como herramienta para intervenir en situaciones críticas. Según fuentes oficiales, la intervención permitió resolver el episodio sin daños mayores para el hombre o los agentes involucrados. El hombre permanece bajo atención médica, mientras las autoridades trabajan en su seguimiento y contención psicológica para evitar futuros episodios.
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