En el Día Mundial del Corazón, especialistas destacan que el Índice Omega-3 es un marcador confiable para prevenir problemas cardíacos y reducir riesgos de infarto y muerte súbita.
El cuidado del corazón es clave para mantener una buena salud y calidad de vida. Tradicionalmente, los controles médicos se enfocan en medir colesterol y presión arterial, pero el Índice Omega-3 se está consolidando como un indicador confiable para evaluar el riesgo cardiovascular.
Este índice mide la proporción de ácidos grasos EPA y DHA en las membranas de los glóbulos rojos. Ambos nutrientes, presentes principalmente en el pescado azul, no pueden ser sintetizados por el cuerpo y deben incorporarse mediante la dieta. Su función es vital para mantener la salud de los vasos sanguíneos y reducir la inflamación, factores asociados a menor riesgo de infarto y muerte súbita.
Los valores del Índice Omega-3 permiten identificar el nivel de protección cardíaca:
Menos del 4%: alto riesgo cardiovascular
Entre 4% y 8%: riesgo intermedio
Más del 8%: nivel óptimo de protección
Estudios internacionales indican que quienes presentan niveles elevados de Omega-3 tienen entre un 15 y 20% menos mortalidad cardiovascular.
Cómo alcanzar un Índice Omega-3 saludable
Consumir pescado azul dos o tres veces por semana es una forma natural de mantener niveles adecuados, aunque no siempre es fácil por tiempo o gustos personales. Por eso, los alimentos enriquecidos con Omega-3, como la leche, se presentan como aliados prácticos para cubrir la ingesta necesaria.
La constancia es fundamental: los beneficios del Índice Omega-3 se observan tras varios meses de ingesta regular. Incorporar leche enriquecida diariamente puede ser una estrategia sencilla para sostener niveles adecuados y cuidar el corazón a largo plazo. De esta manera, el Índice Omega-3 no solo guía decisiones clínicas, sino que también impulsa pequeños cambios en la alimentación con gran impacto en la salud cardiovascular.
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