Influyente banco de EE.UU. le puso un precio al dólar en Argentina para fines del 2025 y se refirió al carry trade

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El Bank of America (BofA) actualizó su panorama para el mercado argentino con una visión relativamente optimista sobre el tipo de cambio oficial y la estrategia de inversiones en pesos. En su último informe titulado «Argentina – The peso’s no bargain, but no bubble» (El peso no es una ganga, pero tampoco una burbuja), la entidad reafirma que el peso argentino no está exageradamente caro ni tampoco presenta una oportunidad excepcional.

Bajo ese enfoque, mantiene sus posiciones en moneda local y considera que una corrección cambiaria real del 9% sería suficiente para alcanzar un valor de equilibrio.

La entidad proyecta que el dólar oficial alcanzará los $1.400 a fines de 2025 y que trepará a $1.700 en 2026, sin esperar un salto brusco del tipo de cambio. En cambio, los analistas apuestan por una depreciación gradual y ordenada después de las elecciones legislativas del próximo año. Según el informe, este sendero será acompañado por una inflación en descenso, con estimaciones del 27,3% anual para 2025 y 16,7% en 2026.

«El peso no es una ganga, pero tampoco una burbuja»

El equipo de BofA, compuesto por Sebastián Rondeau, David Beker y Lucas Martinelli, sostiene que el peso cotiza actualmente en una zona cercana a su valor justo, en un contexto de fundamentos que mejoraron frente a años anteriores. «La moneda se ubica en una zona cercana a un valor considerado razonable bajo las perspectivas actuales de exportación de energía y minería«, explicaron.

De acuerdo al análisis, el tipo de cambio real está un 15% por encima del promedio histórico, lo que no indica una sobrevaluación extrema pero sí refleja cierta apreciación sustentada por elementos como la consolidación fiscal, mejoras regulatorias en energía y recortes tributarios.

Entre los supuestos que respaldan este escenario figuran el avance en la acumulación de reservas, un contexto de disciplina económica sostenida y un flujo positivo de capitales.

«Pensamos que solo sería necesaria una depreciación real adicional de 9% para que la Argentina logre acumular reservas internacionales netas por 1% del Producto Bruto Interno anualmente», afirmaron los autores. También añadieron que «los déficits externos de menos del 1% del PBI pueden ser tolerables en la medida en que se mantenga el compromiso oficial con una política fiscal y monetaria restrictiva».

Inflación, dólar e inversión: los tres pilares para el BofA

El escenario central que traza el banco considera que el tipo de cambio y la inflación tenderán a estabilizarse a partir de la segunda mitad de 2025. «Prevemos que el tipo de cambio real entre la moneda local y el dólar estadounidense tenderá a estabilizarse durante la segunda mitad del año próximo, acompañado de un entorno inflacionario con moderada desaceleración», señala el reporte.

En ese contexto, la llegada de inversión extranjera directa también jugará un rol clave. Según sus cálculos, la Argentina podría atraer hasta u$s10.000 millones anuales en capitales productivos, especialmente en sectores como energía y minería, además de necesitar alrededor de u$s6.000 millones adicionales en flujos de portafolio para sostener la acumulación de reservas.

«Carry trade»: BofA sigue apostando a las tasas en pesos

En materia de inversiones, el banco sigue respaldando las estrategias de carry trade y mantiene abiertas dos posiciones en activos locales. La primera es la venta de contratos NDF a tres meses, que comenzó cuando el dólar se ubicaba en $1.202 y hoy cotiza en $1.290. La segunda es la compra de LECAP con vencimiento en octubre de 2025, adquiridas a $102,9 con el dólar a $1.091. Actualmente, esas letras se operan en $111,8 y el tipo de cambio spot ya supera los $1.280.

Ambas jugadas, según BofA, ofrecen rendimientos reales de alrededor del 10% anual, gracias a un diferencial favorable entre inflación y tasas. «Ofrecen tasas de rendimiento superiores al 30% en NDF y en LECAP, con rendimientos reales estimados en torno al 10 por ciento», destacaron.

A pesar de este posicionamiento, el banco advierte que existen riesgos a monitorear: una aceleración inflacionaria, deterioro de la balanza comercial, menor aprobación del Gobierno antes de las elecciones legislativas o impactos financieros globales. Aun así, para los analistas de BofA, el escenario actual «favorece mantener la exposición, atentos a la evolución de los precios internacionales y a la consistencia de la política fiscal».

FMI y riesgos: el equilibrio es frágil

El informe también dedicó un apartado al rol del Fondo Monetario Internacional, cuya presencia sigue siendo crucial. «El acuerdo con el FMI dotó de estabilidad financiera al país, pero impone metas estrictas de acumulación de reservas y de disciplina fiscal y estructural que, de incumplirse, podrían alterar la hoja de ruta oficial», remarcaron los expertos.

Sobre los riesgos de un quiebre en la estrategia oficial, el banco advirtió que una pérdida de rumbo en las políticas macroeconómicas podría derivar en una devaluación real superior al 20%, afectando gravemente la capacidad de pago de deuda soberana.

Para BofA, el rumbo económico argentino dependerá en gran medida de que se mantenga la política fiscal y monetaria actual, al menos hasta octubre de 2025. «Prevemos una política fiscal y monetaria restrictiva, como mínimo, hasta las elecciones de medio término de octubre de 2025, contexto en el que Javier Milei conserva una considerable ventaja en las encuestas», pronosticaron.

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