«División Palermo» estrena segunda temporada: Santiago Korovsky y Martín Garabal cuentan detalles

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En el barrio porteño de Palermo se crea una Guardia Urbana compuesta por un crisol de las llamadas minorías, con el objetivo de generar una imagen de inclusión en las fuerzas de seguridad. Esa es la premisa de “División Palermo”, la comedia de Netflix creada, dirigida y protagonizada por Santiago Korovsky, que a partir de su estreno -a comienzos de 2023- se destacó por la potencia de representar la diversidad desde el humor. Este jueves 17 de julio, se estrenan en la plataforma los seis episodios de la segunda temporada, en la que profundizan sobre la posibilidad igualadora de la risa.

Entre personas con discapacidad, personas trans, personas neurodivergentes, personas de talla baja y personas migrantes, está Felipe Rozenfeld, interpretado por el propio Korovsky, un agente judío, torpe y un poco “loser” que, como en toda buena comedia de policías, termina convirtiéndose en héroe en una inesperada batalla contra el crimen.

En la segunda temporada, Felipe es reclutado por los Servicios de Inteligencia para llevar a cabo una misión especial: investigar a una banda criminal que opera desde el café de especialidad Cuero Café. El secretismo propio de la tarea le genera un desencuentro con Sofía, su compañera de la Guardia, una chica en silla de ruedas encarnada por Pilar Gamboa (la única, junto con Daniel Hendler, que interpretan a personas con alguna discapacidad que no tienen en la vida real).

Embed – División Palermo: Temporada 2 | Tráiler oficial | Netflix

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Mientras el protagonista se embarca, siempre con cierto grado de ineptitud inicial, en la tarea encomendada por Inteligencia, es a su vez perseguido por la mafia coreana.

La primera temporada “División Palermo” tuvo muy buena recepción del público y de la crítica, al punto de que llegó a ganar como Mejor Comedia en los Premios Emmy Internacionales, un reconocimiento no muy frecuente para producciones argentinas. La vara estaba, en esa oportunidad, un poco más alta y lograron alcanzarla sin problemas.

Nueva temporada, más representación

En estos nuevos seis episodios, “División Palermo” hace una hazaña: en pocos capítulos, con muchos personajes (incluso más que la temporada anterior), logra contar una historia muy entretenida y divertida, que dialoga con el contexto sin necesidad de usar resaltador y que humaniza a través de chistes incómodos. Sobre todo, consigue de forma genuina en la realidad lo que en la ficción se hace sólo para la foto: incluir y dar trabajo en una plataforma mainstream de streaming a personas que no suelen tener acceso a esos espacios.

Aunque la primera temporada se estrenó y la segunda fue escrita antes del comienzo del gobierno de Javier Milei, son inevitables las resonancias con las problemáticas que las personas con discapacidad, entre otros grupos entendidos socialmente como minorías, afrontan actualmente.

Embed – División Palermo 2 | Adelanto | Netflix

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“La serie atraviesa diagonalmente la realidad y no nos interesa retratar ningún contexto ni ningún político en concreto. La serie la escribimos hace dos años y la realidad de pronto empezó a tener consonancia con algunas cosas que planteamos, pero nuestra historia habla de cómo la política quiere hacer uso de la inclusión para limpiar imagen. Obviamente, ahora hay un contexto donde institucionalmente se ataca, se recorta o se redirecciona la manera de acompañar ciertas cuestiones de lo público que no va de la mano de lo que planteamos en la serie, pero que sí afectan a nuestros compañeros. Fue una charla que tuvimos, les preguntamos cómo se sentían y entre ellos tienen distintos puntos de vista. En ese sentido, la serie se queda corta en reflejar lo que nos pasa”, dijo en diálogo con La Capital Martín Garabal, miembro del equipo autoral y del elenco de “División Palermo”.

Una fortaleza de “División Palermo” es que se corre del binomio a partir del cual históricamente las ficciones han representando a las personas con discapacidad: infantilizándolos o romantizándolos. Son guerreros, seres de luz o sujetos sin agencia, pero raramente se los presenta como humanos, como personas con contradicciones que son capaces también de hacer cosas moralmente incorrectas e, incluso, cometer crímenes. La segunda temporada va hacia todos esos lugares y lo hace con ausencia absoluta de solemnidad.

“Me dan ganas de que un montón de actores talentosos que trabajan en la serie sigan teniendo trabajo y posibilidades en ficciones. Y la verdad que suele ser poca la representatividad. En la serie sabíamos que la característica de un personaje no podía ser que fuera un chico de talla baja o un chico ciego. Johnny, que es el personaje de Hernán Cuevas, es un pibe deseoso de acción y tiene un arco en relación a la manija que tiene por tener armas y romper todo. Edgardo, el personaje de Facu Bogarín, es un chico deseoso de la plata y que, buscando plata, encuentra otra cosa. Algo importante era que su discapacidad no sea lo central del personaje”, apuntó Korovsky en ese sentido.

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“No me gusta la cuestión infantilizante o la discriminación positiva, me parece que son maneras de dejar afuera al otro de otra manera, pensando que porque alguien tiene una discapacidad no tiene problemas estúpidos o no puede reírse de sí mismo. En ese sentido, la risa es súper inclusiva. Pero es distinto que burlarse de una personas”, agregó Garabal.

Al igual que en la temporada uno, contaron con asesores en todas las instancias del proceso. Lucre Gómez, escritora cordobesa, estuvo en la mesa de guionistas. El elenco hizo lo propio durante los ensayos y el rodaje. El último chequeo llegó en la instancia de edición. “Al principio nos autocensurábamos mucho y ellos venían a traer un poco más de rebeldía, quienes nos impulsan a ir más al límite en algunas cuestiones. Los chistes que quedan forzados y no son graciosos, vuelan”, dijo Santiago.

Pero, además de todo esto, la serie pone el foco también sobre cierto cambio de época: sobre la marcha, las fuerzas de seguridad (la ministra encarnada por Valeria Lois es imperdible) se dan cuenta que la inclusión ya no tiene tanta buena prensa. Lo que el público quiere ahora es mano dura. Eso queda claro sobre todo después de una secuencia espectacular (en varios sentidos) justo a mitad de temporada, que a su vez subraya que se puede hablar de temas importantes a través del humor.

Súper elenco de comedia

Otro gran valor de “División Palermo” es que da lugar a un súper elenco de comedia. Entre actores conocidos y no tan conocidos, conforman un ensamble hilarante donde cada uno tiene su lugar y su gracia.

Además de los actores ya mencionados, en esta segunda temporada actúan Charo López, Marcelo D’Andrea, Renato Condori Sangalli, Valeria Licciardi, Jonatan Nugnes, Juan Minujín, Alejandra Flechner, Esteban Bigliardi, Inés Efron, Guillermo Arengo, Martín Piroyansky, Lucas Poggi, Santiago Demarco y Nilda Sindaco (recientemente fallecida, dejó en su rol de Betty uno de los personajes más queridos y aclamados de la serie).

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“Fue un desafío. Como el personaje de Felipe, como protagonista, tiene una trama propia que está alejada del resto de la Guardia, corríamos el riesgo de que se desdibujen los arcos de los demás personajes. Y, sin embargo, siendo menos capítulos y más personajes, creo que todos tienen su arco de evolución marcado, o un par de escenas que fortalecen sus rasgos distintivos. Se armó algo un poco más coral, a pesar de que está centrada en las desventuras de Felipe”, apuntó Garabal sobre la multiplicidad de personajes.

Por otra parte, para lograr “encontrar un tono común y qué es lo que más le funciona a cada actor”, algo particularmente notable en un elenco con experiencias y recorridos muy diversos, Korovsky convocó a ensayos (en set y por fuera) con Paula Grinszpan (con un cameo hermoso en el primer episodio), con Nora Moseinco y con el codirector Rafael López Saubidet, especialista en trabajo con actores.

Hasta se dieron el gusto de sumar a Martín Piroyanski y trasladar a la ficción un fenómeno inexplicable de la vida real: constantemente lo confunden con Korovsky.

“Primero, se la debía porque él fue una de las primeras personas que me llamó para actuar. Y él tenía ganas de actuar y yo me formé un poco viéndolo dirigir. Apareció la idea de otro judío que viene a ocupar el lugar de Felipe y que hace mejor las cosas, y se alineó con el chiste viral en las redes. Es algo que de verdad nos pasa constantemente y que no entendemos, la gente nos confunde todo el tiempo”, cerró el creador y protagonista.

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