Atacar en defensa propia. Andrés Fassi apeló al viejo axioma futbolero y, lejos de cualquier atisbo de autocrítica, salió con los tapones de punta ante un auditorio de periodistas que lo interpeló como nunca antes en sus 10 años y pico de mandato, y ante la mirada de un Carlos Tevez relegado a un rol de reparto en su presentación como nuevo DT de Talleres. “Ustedes confunden a la gente. (Luis) Angulo y (Luis) Sequeira son refuerzos, ambos tenían ofertas del exterior y hoy están acá”, aseguró, desafiante, el presidente del club albiazul. “A veces hay que llenar espacios de televisión o de radio, o los que escriben, cuando no hay fútbol, y es complejo ponerse a explicar que tenemos un muy buen plantel”, añadió. “Es fácil hablar. Yo escucho y me río, porque no siempre traer una cantidad de refuerzos te va a garantizar un rendimiento”, completó el directivo.
“¿Las quejas en redes sociales? Son muy engañosas. Ni siquiera sé si son hinchas de Talleres. No nos confundamos”, dijo el mandamás tallerista.
La última intervención pública de Fassi, calificada en fallo unánime por los medios como la más desafortunada de su gestión, buscó minimizar el impacto del sorpresivo portazo de Diego Cocca (“No lo evalúo, ni lo lamento”) y también desacreditar los cuestionamientos del pueblo albiazul, autoconvocado frente a la sede céntrica de la ‘T’, al lado del Cabildo Histórico, queriendo saber de qué se trata este confuso presente del club. “¿Las quejas en redes sociales? Son muy engañosas. Ni siquiera sé si son hinchas de Talleres. No nos confundamos”, dijo el mandamás tallerista.
“Las quejas te las hicimos personalmente y te contamos cómo era el club antes de 2014, porque hasta esa fecha nunca te habíamos visto. Dejá la soberbia de lado”, replicó desde su cuenta de ‘X’ el abogado Daniel Quinteros, la cara más visible entre los socios no alineados al oficialismo.
Modelo para rearmar
“Talleres es un tren sin rumbos, sin respuestas ni explicaciones”. Entre la renuncia de Diego Cocca del martes y la presentación de Tevez del miércoles, un comunicado con la firma de siete agrupaciones -Más Talleres; Primero Talleres; Amor Irreversible; Núcleo Centenario; Traperos de la T; La Topadora Albiazul; Resistencia 1913- y de socios e hinchas independientes, expresó su preocupación por la actualidad de la ‘T’ y apuntó contra el gobierno de Fassi.
“Es un modelo de gestión que se está agotando, que ha convertido a Talleres en una ´pyme familiar´ de compra y venta de jugadores, y otros negocios de dudosa utilidad institucional, con pérdida de identidad, sin jugadores formados en nuestra cantera en primera división y en una peligrosa actualidad deportiva”, destacó la proclama.
Jugando como local en el Estadio Kempes, Talleres suma un triunfo, dos empates y seis derrotas en la temporada 2025
El escrito también hizo hincapié en la asamblea extraordinaria del próximo 27 de julio, donde la Asamblea de Representantes de Socios tratará la reforma parcial y modernización del estatuto, con el propósito de habilitar para diciembre próximo la chance de un cuarto mandato de Fassi. Los retoques también apuntarían a flexibilizar la exigencia de experiencia dirigencial acreditada para los futuros candidatos, con la premisa de acomodar a Sebastián, hijo mayor del presidente y actual vicepresidente deportivo de Talleres, en un cargo expectante de la próxima conducción.
“Queremos un club abierto y con participación, con transparencia en la gestión y en la información, sin personalismo ni un manejo cerrado a una mesa familiar, con una comisión directiva que se involucre en la toma de decisiones y con asambleístas que sean hinchas y socios, y no meros familiares, empleados y proveedores del club”, puntualizó la misiva.
El puzzle de Tevez
Atacar en defensa propia. A la media hora del partido que Talleres perdía desde temprano ante San Lorenzo, Tevez convocó a asamblea en el banco de suplentes. El ‘orden del día’ fue reordenar la estrategia para tratar de que Federico Girotti no siguiera haciendo de Quijote en los dominios contrarios y que la pelota rodara lo más lejos posible del área propia, donde el pibe Santiago Fernández se multiplicaba para disimular todas las carencias de un puzzle cuyas piezas no había forma de encastrar.
Las mociones del flamante DT -quien retornó a las páginas deportivas tras haber sido noticia por supuestas irregularidades gubernamentales ligadas a sus inversiones en parques eólicos junto a Mauricio Macri- alcanzaron para llegar a un empate que más tarde no se logró quebrar y finalmente no se pudo sostener ante el discreto elenco dirigido por el novato Damián Ayude.
No hubo reproches para ‘El Apache’, que mandó a la cancha a un mix donde convivieron referentes sin confianza (Herrera, Botta, Reynoso), pibes improvisados en puestos no habituales (Gómez, Schott), un par de los que no pudieron irse o quisieron quedarse (el colombiano Portilla y el Galarza argentino), un jugador rescatado del ostracismo (Rodríguez), el repescado Sequeira y los mencionados Fernández y Girotti.
Carlos Tevez es el quinto DT albiazul en la temporada, luego de Alexander Medina, Pablo Guiñazú, Mariano Levisman y Diego Cocca
“Llevo dos días de trabajo y había muchos jugadores que tenían la cabeza en otro lado”, declaró Tevez tras el 1-2 ante ‘El Ciclón’. Párrafo aparte para Juan Carlos Portillo y Matías Galarza Fonda, quienes esperan avances de las gestiones que River Plate lleva adelante para contratarlos: “El equipo no está para esperarlos; el que se quiera ir, que se vaya rápido del club”.
Mientras en los pasillos del Estadio Kempes los hinchas albiazules apuraban el regreso a casa con una mezcla de enojo (“Pónganse las pilas los dirigentes, los socios estamos cansados”) y resignación (“Y bueno, nos iremos al descenso; y volveremos a Primera, como hicimos siempre”), en la sala de conferencias Tevez hacía una revelación preocupante: “San Lorenzo no nos superó en el juego, sino en la parte física. A los sesenta minutos me quedé sin tres o cuatro jugadores por calambres. No me gusta poner excusas, pero esto es lo que hay, lo que tenemos hoy”.
El debut de Talleres en el Torneo Clausura no fue el esperado. O tal vez sí. Después de todo, ¿qué podía salir bien? Crónica de una decepción anunciada frente al equipo de Ayude. Que Dios nos ídem.