El contacto visual sostenido puede ser señal de interés, confianza o incluso intimidación. Especialistas explican cómo interpretarlo correctamente.
Mirarse a los ojos mientras se conversa es un gesto cotidiano, pero con una carga emocional mucho más profunda de lo que parece. En psicología, el contacto visual sostenido tiene múltiples significados que van desde el interés genuino hasta la intimidación.
Según el psicólogo clínico Robert A. Lavine, citado por Psychology Today, durante una charla casual, el contacto visual directo solo se mantiene el 3% del tiempo. Por eso, si una persona sostiene la mirada más tiempo del habitual, puede estar comunicando algo más allá de las palabras.
Los especialistas coinciden en que la interpretación de una mirada depende del contexto, el vínculo entre las personas y la situación emocional del momento. Una mirada fija puede expresar:
Atracción o interés, especialmente si va acompañada de gestos amables y una expresión relajada.
Seguridad y confianza en uno mismo, cuando se mantiene con naturalidad.
Pero también desafío o intimidación, si se sostiene de forma intensa, sin parpadeos y sin otros gestos de cercanía.
El contacto visual forma parte del lenguaje no verbal, una herramienta poderosa en la comunicación humana. Por eso, la psicología recomienda no analizarlo de forma aislada, sino como parte de un conjunto de señales corporales que permiten comprender mejor lo que la otra persona realmente siente o quiere transmitir.
Mirar a los ojos puede ser una muestra de conexión auténtica o una herramienta de control. Lo importante, aseguran los expertos, es prestar atención al contexto y al resto de los comportamientos para interpretar con claridad.
Fuente: LA CIEN