Tras la salida del cepo, los ‘arbolitos’ se ven perjudicados por la estabilidad

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Tras la eliminación del cepo cambiario el pasado 14 de abril, medida implementada por el Gobierno de Javier Milei con el objetivo de liberar el mercado de cambios y unificar el tipo de cambio oficial y libre, se registró una fuerte «crisis» entre quienes se dedicaban a la compraventa informal de dólares en el microcentro porteño. Conocidos popularmente como «arbolitos«, estos vendedores ahora enfrentan un duro escenario.

Hasta principios de 2024, la brecha entre el dólar oficial y el dólar blue superaba el 45%. Hoy, esa diferencia ya no existe, o incluso es negativa, con una cotización oficial de $1.200 y un valor del libre en torno a los $1.165. La desaparición de incentivos para operar fuera del circuito bancario afectó directamente a los arbolitos, cuya rentabilidad dependía históricamente de esa diferencia.

En las peatonales Florida y Lavalle, donde tradicionalmente se concentraba la actividad, aún se observan decenas de personas ofreciendo cambio en plena vía pública. Sin embargo, según relatan varios de ellos, el movimiento cayó de forma abrupta tras la salida del cepo.

| La Derecha Diario

Algunos trabajadores de este sector aseguran que en años anteriores, bajo el gobierno kirchnerista, podían ganar sumas importantes en pocas horas, debido a la constante devaluación del peso y la suba del dólar, pero que hoy, con la estabilidad cambiaria, sus ingresos son mínimos. Algunos admiten estar considerando alternativas laborales, como manejar taxis, realizar repartos o buscar empleos formales en comercios minoristas.

«Yo con (Sergio) Massa me iba con 150, 200 lucas por día a casa. Podíamos ganar más y había el doble de los que hay ahora. Yo dejé el taxi para venir a laburar acá, estoy desde 2012 y el cepo había arrancado hace poco«, aseguró un «arbolito».

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La competencia entre los propios arbolitos también se ha intensificado, al tiempo que disminuye la clientela. En algunos sectores de la peatonal, la cantidad de vendedores supera ampliamente la de potenciales compradores.

La estabilidad cambiaria que se consolidó tras la eliminación del cepo y la unificación del tipo de cambio fue uno de los principales objetivos del gobierno de Javier Milei. Desde entonces, la brecha entre el dólar oficial y el paralelo prácticamente desapareció, lo que redujo de forma significativa la volatilidad en el mercado y desincentivó las operaciones informales. En ese contexto, el negocio del dólar blue, que durante años prosperó por la distorsión entre cotizaciones, dejó de ser rentable.

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