Desde la tribuna: la serie de Disney y otro capítulo, el de Kingtana

Compartir

Esta procesión de festejos ya tiene nueva cita en el Gigante, otra misión a cumplir, otro capítulo difícil para desandar detrás de una ilusión que tiene argumentos y fundamentos, tal vez incluso superiores a los de 2018 o 2023. Pero a sabiendas de que no hay nada asegurado

Por David Ferrara, con fotos de Juan José García

Al Pelado le cuesta la vida treparse al alambrado perimetral para emular al Petaco escalando para gritarle la hazaña a la tribuna. A Kingtana le duele el partido, le duele una marca descomunal, con ganadas, pero también perdidas, contra los buenos delanteros de un plantel impresionante como es Estudiantes. Sus compañeros lo descuelgan y lo abrazan, lo gritan con la vida y lo festejan con la gente, la que regala ese marco descomunal y empujan desde afuera. Adentro empujó el Pelado, uno de los mejores refuerzos de los últimos años.

Y no es el único, porque este Central está armado a conciencia, con aciertos en muchos de los jugadores que llegaron, como pocas comisiones la embocaron. No fue una victoria sencilla, imposible que la sea en estas instancias. Los que están lo saben. Y se ganó con cuotas de fútbol, con otras de sacrificio e incluso con momentos de pasarla mal, porque el rival juega, es lo básico en cualquier deporte. Si no, alcanza con ver la que le quedó entre las piernas a Fatu con el cabezazo de Carrillo, bien al estilo Ojeda contra otro pelado, Silva, aquella noche del Pirulazo.

Central extiende su momento Disney, ese que se transforma en locura cuando Campaz es Campaz, con minutos de furia para errar y acertar, y, obvio, después bailar. Central cree, Central pelea.

El plus lo dan las malas ondas del afuera, los hinchas del rival de turno, los que le bajan el precio a lo conseguido, los que envidian por dentro, los que temen por dentro, y exteriorizan hablando de arbitrajes y demás. Son los que ayudan, los que motivan, y son los que quedan en ridículo. Las redes sociales son su terreno, porque la charla de bar o de barrio siempre es honesta, sincera, y se respeta.

Esta procesión de festejos ya tiene nueva cita en el Gigante, otra misión a cumplir, otro capítulo difícil para desandar detrás de una ilusión que tiene argumentos y fundamentos, tal vez incluso superiores a los de 2018 o 2023. Pero a sabiendas de que no hay nada asegurado, que hay que ganarlo con sudor y sacrificio, que grandes equipos no pudieron coronar, pero que el camino hasta aquí fue de disfrute. Y en estos tiempos, ya es mucho.

Noticias Relacionadas

Un terremoto de magnitud 4,9 se registró frente a las costas de Venezuela

El temblor fue registrado a 23 kilómetros al...

Hot Sale 2025: cinco consejos para comprar de forma segura

Comenzó el Hot Sale 2025, uno de los eventos...

Mate con dulce de leche, la grieta del momento

¿El invento más argentino o...

Triunfazos de Atlantic y Provincial en la novena fecha de la Superliga

Por David Ferrara, fotos de Prensa Atlantic y...

La sonda soviética Cosmos 482 cayó finalmente a la Tierra

Finalmente cayó este sábado en el océano Índico,...