En la lenta eliminación del programa que durante cinco años entregó medicamentos gratuitos a los jubilados (el famoso plan “Vivir Mejor”), el PAMI modificó algunas reglas del juego respecto de los remedios con cobertura al 100%. Y es así que, desde septiembre, más personas que antes vienen teniendo que apelar al llamado subsidio social, trámite que exige cuadrar con una serie de requisitos, que no todos los nuevos solicitantes logran cumplir. Abajo, cuántos adultos mayores necesitaron el subsidio social en el último tiempo y cuántos de esos pedidos fueron rechazados.
Mirando el medio vaso medio vacío en base a datos de diciembre pasado, casi un tercio de los pedidos de subsidio social (30%) que recibió el PAMI fueron denegados. En la otra vereda, el 70% de las solicitudes obtuvo el “ok” de la cobertura al 100% por parte de la obra social de los jubilados, informaron desde ese organismo, a través de un pedido de acceso a la información pública.
Cada solicitud se tramitó por entre dos y tres medicamentos, promedio (el máximo por trámite es 4, y quien precise más, debe pedir una vía de excepción). Traducido a cifras, los 235.714 pedidos de alta del subsidio social se hicieron por unos 558.000 medicamentos. El 61% fueron trámites presenciales y el 39%, online.
Sin embargo, de las más de 235.000 solicitudes (registradas entre el 2 y el 26 de diciembre), 70.000 fueron rechazadas, pudo averiguar Clarín en un diálogo posterior con fuentes del PAMI, dado que el pedido de acceso a la información no había dado una respuesta clara sobre este punto.
En la solicitud de este medio también se había consultado el porqué de los rechazos, si registraban algunos. La respuesta, elíptica, llegó en un párrafo que se limita a recordar que los afiliados que quieran acceder al subsidio social deben cumplir con las pautas de la resolución 2537/24. Se desprende (y desde el PAMI no lo niegan) que muchos de los afiliados cuyo trámite fue rechazado habrán intentado pedir el subsidio sin cumplir del todo las condiciones para obtenerlo.
En la respuesta por escrito a Clarín, el PAMI sumó un dato más, que dice bastante sobre la confusión que se generó en estos últimos meses en esta población particularmente vulnerable (los adultos mayores), respecto del acceso, para muchos esencial, a los medicamentos.
Y es que -informó el PAMI-, “en muchos casos, los afiliados que acuden a las agencias o realizan trámites vía web ya habían solicitado un subsidio social previamente y únicamente requieren hacer alguna incorporación o modificación de medicación en el trámite, por lo que no se consideran como nuevas altas otorgadas”.
Si bien esos pedidos de subsidio equivocados (por innecesarios) quedaron contabilizados como «rechazos» sólo en algunos casos (en la versión online del trámite sí; pero en el presencial, no, ya que el empleado que atiende al afiliado suspende el trámite apenas comprueba que ya tiene el subsidio), no representan una masa importante dentro de los 70.000 rechazos de diciembre.
¿Quiénes encarnan, entonces, los 70.000 pedidos de subsidio social rechazados?
Jubilados, en el punto ciego del subsidio por medicamentos
Se estima que son jubilados que cobran una, dos mínimas o incluso tres mínimas, pero -aun cuando estén por debajo de la línea de pobreza- quedaron afuera del subsidio social del PAMI. Sea porque cobran unos pesos más que los 1,5 haberes mínimos establecidos como requisito; sea porque, por ejemplo, un familiar les paga una prepaga; o porque alguna vez ahorraron algún dinero y lograron comprar un segundo inmueble, además del que habitan. Ahora lo alquilan o se lo prestan a uno de sus hijos que, en la actual coyuntura, no puede acceder a una casa propia.
De la información que viene del PAMI, se conocen algunas cifras, pero se desconocen otras. Desde el organismo comparten que las 165.000 altas al subsidio social de diciembre se sumaron a los 1,2 millones de subsidios gestionados antes del 2 de diciembre.
Si se suman los 300.000 afiliados que padecen enfermedades cuyos tratamientos están garantizados por ley, el total de personas que en enero de 2025 reciben medicación gratuita vía PAMI es 1,5 millones. Es decir, el 28% de los 5,3 millones de afiliados a la mayor obra social del país. ¿Pero cuántos que no tienen ya ese beneficio precisarían tenerlo?
Quizás el dato se pueda estimar. Datos de la ANSES de enero de este año señalan que el 47% de los 7,9 millones de jubilados y pensionados de Argentina cobra el haber mínimo. Es decir que 3,7 millones de personas perciben, como mucho, entre 266.000 pesos y 335.900, según si se incluye o no el famoso bono de 70.000 pesos, congelado hace casi un año.
Estas cifras cuadran bien con otros datos del sector emitidos en septiembre y focalizados sólo en las jubilaciones. Entonces, 3,3 millones de personas cobraba la jubilación mínima o menos.
Así, de un lado están esos tres millones y pico de adultos mayores en potencial situación de vulnerabilidad. Del otro, 1,5 millones de personas con medicación gratuita vía PAMI. Las cifras no son precisas, es cierto, pero la brecha en la que posiblemente nadan miles de personas que podrían estar enfrentando problemas en el acceso a sus medicamentos, emerge con bastante claridad.
Subsidio social: qué dicen desde el PAMI
Vueltos a consultar para estas líneas, desde el Instituto Nacional de Servicios Sociales para Jubilados y Pensionados (INSSJP) reafirmaron que actualmente no hay problemas de cobertura y subrayaron que, “al revés, la cobertura es más inclusiva”.
Aludieron a un par de aspectos que no son menores. Y es que, aun cuando en septiembre habían comunicado cierto endurecimiento de los requisitos de acceso al subsidio social, algunas de esas condiciones se aflojaron a medida que las propias autoridades registraron el rechazo a las medidas informadas.
Primero echaron para atrás una modificación en la antigüedad mínima del auto del aspirante al subsidio social (es, tal como ya era, 10 años). Luego, quitaron la exigencia de entregar una declaración jurada, entre los papeles a presentar. También aceleraron los tiempos de resolución del trámite y se retrotrajeron en un tema sensible, que era la necesidad de revalidar el subsidio cada unos meses. Ahora es de renovación automática, salvo en los casos de tratamientos clínicos con «principio y fin», desde ya.
Analizada de otro modo, la «ampliación» parece estar sujeta a dos variables: 1) la vuelta atrás en los cambios que el propio Gobierno quería implementar, y 2) que ese trámite esté siendo aprovechado por más personas que antes, tras la desaparición del “Vivir mejor”. Sin embargo, varios miles de adultos mayores cayeron en la volteada del estrato de jubilados que en los últimos años aprovechó las ventajas de la medicación al 100%, sin realmente precisarla.
Sin embargo, en el instituto se sienten seguros de los cambios que vienen haciendo. Aseguran que lo más grueso «ya está hecho» y que no habrá grandes novedades en adelante. Además, señalan las ventajas de los últimos acuerdos del sector para el llamado “PVP PAMI” (por “precio de venta al público”), gracias al cual, remarcan, los jubilados están pudiendo acceder a medicamentos, en promedio, un 30% más baratos que los que adquiriría una persona con prepaga u obra social.
PS