El futuro sobre rieles: cómo se renovó la Isla de los Inventos sobre la antigua estación de trenes de la ciudad

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“Yo creo que los cambios realizados acentúan el hecho mismo de una Isla que está viva, en un Tríptico que está vivo, que permanentemente está repensando los modos en que se comunica con el público que asiste a estos espacios, con la posibilidad de trazar nuevas líneas de trabajo que hacen que el proyecto siga interpelando y por ende pueda entenderse como un proyecto vivo», dice Andrea Garbosa, directora del espacio

Priscila Kahla / Especial para El Ciudadano

Luego de un largo tiempo de obras y construcción, el último jueves 9 la Isla de los Inventos reabrió sus puertas e inauguró una nueva entrada por Presidente Roca. El flamante ingreso invita a un recorrido diferente y con diversas propuestas al aire libre que permiten habitar las antiguas vías de la Estación Rosario Central de otra manera.

Para celebrar su reapertura y aprovechando el fin de semana largo, la celebración duró desde el 9 al 12 de octubre e incluyó talleres, espectáculos, recorridos y actividades para toda la familia.

A lo largo de las antiguas vías, se re-simbolizan objetos ferroviarios que son utilizados para el juego: hamacas, palancas, calesita molinete, zorra a pedal, entre otros. A través de un viejo vagón recuperado, con fuerte olor a pintura fresca en su interior, se propone reconectar a las nuevas generaciones con un pasado que hace a la identidad de la ciudad y a su entorno; al mismo tiempo que permite apropiarse del tren para nuevos usos.

Uno de los vagones se transformó en una biblioteca lúdica, que se hace necesaria a la hora de las primeras lecturas y en las acciones y los lugares que acompañan el hábito de leer, como los clubes de lectura. Y otro es destinado como espacio de reunión que cuenta con varias mesas y bancos y un piano público: un espacio de encuentro para clases, charlas, debates, juntadas con juegos de mesa y más. 

Un viaje al pasado, mixeado con el presente.
Celebración del nuevo espacio con actores y artistas invitados.

“Así recorren las vías desde calle Presidente Roca hasta el nuevo ingreso a nuestra Isla de siempre, que con los nuevos públicos, las nuevas miradas y los nuevos recorridos, siempre se está transformando y pretende seguir hablándole a las nuevas generaciones”, comentó Andrea Garbosa, directora de la Isla de los Inventos.  

Nueva biblioteca lúdica.

La Isla de los Inventos forma parte del Tríptico de la Infancia, un conjunto de tres propuestas públicas municipales que parten de las infancias para expandirse a la ciudadanía. En este sentido, la Isla, tanto como la Granja de la Infancia y el Jardín de los Niños, procura ser un espacio habitado por niños y niñas, tanto como jóvenes y adultos de diferentes edades. Abuelos con sus nietos, familias numerosas, y otras no tanto, amigos de la escuela con sus adultos a cargo, primos y sobrinos, adolescentes curiosos, papás y mamás primerizos, recorren la Isla con el objetivo que el espacio tiene desde sus inicios, allá por 2003: hacer volar la imaginación. 

“Hay algo de la escena del juego de la vida, por decirlo de alguna manera, que se da exactamente en esa transmisión natural entre una generación y la otra, no sé si natural, cultural, pero tenés que generar los espacios donde esas generaciones se encuentren. Un poco esa es la razón por la cual nosotros pensamos espacios públicos para todas las edades”, agregó Andrea. 

El pasado fin de semana, más que nunca, la Isla recibió numerosas visitas. En este caso, cada una de ellas era bien recibida con actores ambulantes, contadores de cuentos, músicos y artistas, además de los guías que están siempre presentes y ayudan a que los niños y niñas participen y puedan aprender en los diferentes sectores que allí se encuentran.

La Isla de los Inventos no es un portal a otro mundo, sino a nuestro mundo, a pensarnos a nosotros en él y con él, con los demás, la naturaleza, el espacio, el tiempo y mucho más. Una propuesta un tanto filosófica y por demás poética, que desea ser explorada por los más chicos, pero que ciertamente también logra interpelar y cuestionar a los más grandes.

El depósito general y archivo de miedos. Chicos y grandes llenan dos formularios, a modo de trámite, se disponen a dejar ahí su miedo más grande, o su miedo más chico, da igual. Y no te olvides, “no se aceptan devoluciones”.

“Yo creo que los cambios realizados acentúan el hecho mismo de una Isla que está viva, en un Tríptico que está vivo, que permanentemente está repensando los modos en que se comunica con el público que asiste a estos espacios, con la posibilidad de trazar nuevas líneas de trabajo que hacen que el proyecto siga interpelando y por ende pueda entenderse como un proyecto vivo», dice Garbosa, y de inmediato concluye: «Me parece que la posibilidad de cambiar la forma del lugar, ampliándolo, también hace que, indefectiblemente, algo del contenido se transforme. O todo: pensar que todo lo que antes era el atrás, ahora es el adelante, y eso institucionalmente también es como una forma de seguir pensando el crecimiento y hacia dónde va el proyecto Tríptico como proyecto de política pública”

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