El gobierno de Netanyahu aseguró que no hay una política de hambruna y acusó a Hamás de desviar la ayuda humanitaria destinada al enclave
La Oficina del Primer Ministro de Israel rechazó y desmintió este viernes los datos que se desprendieron de un informe avalado por la ONU que confirma hambruna en la Franja de Gaza, calificándolo como “una mentira descarada”.
“Israel no tiene como política provocar hambrunas, sino evitarlas”, señaló el descargo de Benjamin Netanyahu en un comunicado oficial.
Según la versión israelí, desde el inicio del conflicto en octubre de 2023 se permitió el ingreso de unos dos millones de toneladas de asistencia humanitaria, lo que equivaldría a una tonelada por persona. Sin embargo, sostuvieron que gran parte de esa ayuda fue saqueada antes de llegar a los puntos de distribución.
El texto también responsabilizó a Hamás de desviar recursos humanitarios para financiar sus operaciones militares y explicó que los problemas de abastecimiento fueron resueltos mediante lanzamientos aéreos, entregas marítimas, corredores seguros y centros de distribución administrados por compañías estadounidenses.
En contraste, la Clasificación Integrada de la Seguridad Alimentaria en Fases (CIF), que reúne a agencias de la ONU y organizaciones internacionales, confirmó la presencia de hambruna en la Gobernación de Gaza, donde se encuentra la Ciudad de Gaza. El informe advirtió que más de 500.000 personas están en condiciones críticas de inanición y que el fenómeno se expande hacia Deir al-Balah y Khan Younis.
El organismo proyectó que, hacia fines de septiembre, unas 640.000 personas —casi un tercio de la población gazatí— estarán expuestas a niveles catastróficos de inseguridad alimentaria, mientras que 1,14 millones enfrentarán un grado de emergencia.
De acuerdo con las autoridades sanitarias locales, hasta el viernes ya habían muerto 273 personas por hambre y desnutrición en el enclave, entre ellas 112 niños.
SFA – Rosario3