31/07/2025 16:42hs.
Para entender el impacto de este hecho (en lo político, el más significativo desde la irrupción de Juan Román Riquelme en la política de Boca), bastará con decir que el presidente entregó su brazo armado a esta crisis sin precedentes en la historia moderna del club, acaso la más grave en términos institucionales desde la normalización de Alegre y Heller de 1985 para acá…
Una señal de ruptura o sólo un cambio de piezas
En efecto, Román sacrificó a sus alfiles, en una medida de audacia política, aunque habrá que aguardar para saber a cambio de qué. Si sólo fue para ganar tiempo y maquillar gatopardismo, o si por el contrario está dispuesto a ceder el gerenciamiento del manejo del fútbol a una mente fresca, mejor preparada y menos contaminada por un proceso de cinco años de estrés que, seguramente, nubló el criterio del presidente, en una tarea más agitada que la de ministro de Economía de la Argentina.
Román junto al Delgado y Serna.
Como fuere, es antes un síntoma de la profundidad de la crisis que de una manifestación de desprendimiento desinteresado del presidente, porque vamos, nadie entrega el poder gratis y por las buenas. Quedan más preguntas por contestar, porque el vacío que deja la ruptura del Consejo en la maquinaria del presidente es grande y cuesta creer que Román entregue un cheque en blanco al sucesor. Habrá que ver si ese sucesor se somete a las directivas del presidente o si trae sus propias ideas y proyectos. El perfil del indicado dirá mucho en este sentido.
Riquelme y un cambio de timón para salir de este mal momento en Boca. Juan MABROMATA / AFP)
Lo concreto es que, al menos esta vez, Juan Román Riquelme cedió al clima general y por primera vez se puso en posición de hacer cambios profundos, de fondo, que supongan una mejora en la gestión del fútbol del club, claramente deficitaria en los últimos tres años en los que abundaron los parches, las incorporaciones poco estudiadas, las malas decisiones en la elección de entrenadores y en los que escasearon los éxitos, los triunfos y los campeonatos.
El límite de la lealtad: Cristian, intocable
De todas maneras, Riquelme no entregó a su principal colaborador y mano derecha, su hermano Cristian, sin cargo formal en el club, pero en los papeles un vicepresidente de facto, por acumulación de poder y poder de influencia. Es, sin dudas, la figura más controversial y resistida, mucho antes de que las redes se llenaran de detalles escabrosos (y no confirmados, hay que decirlo) de su vida íntima entremezclada con cuestiones institucionales del día a día.
Román y su hermano Cristian Riquelme en el palco presidencial de la Bombonera. Foto: Juano Tesone.
Hasta entonces, habrá que darle el beneficio de la duda a la movida del presidente, al menos hasta que la realidad insinúe lo contrario. Mientras tanto, Riquelme deberá seguir dando señales en los próximos días, está obligado a llegar con la gestión oxigenada al partido del 9 de agosto ante Racing, en la Bombonera. Como punto de partida a un giro de 180 grados en cuanto al clima, expectativa y perspectiva del equipo, que no se logra con un simple enroque de fichas para que nada cambie.
Mirá también
Las peores rachas sin ganar de los cinco grandes
Mirá también
Bomba en Boca: Riquelme disuelve el Consejo y suma un mánager
Mirá también
Así quedó la situación de Chiquito Romero en Boca tras la decisión de Russo con los borrados
Mirá también
Qué dijo Márcico de la chance de ser mánager de Boca
Mirá también