Amar sin contrato: el menú afectivo que elige la Generación Z

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La manera en que las nuevas generaciones se vinculan está cambiando a gran velocidad. En un contexto atravesado por la digitalización, el acceso a discursos sobre diversidad y la deconstrucción de los modelos tradicionales, la Generación Z emerge como protagonista de un cambio cultural en materia afectiva. Un estudio reciente señala que cada vez más jóvenes experimentan con formas de relación no monogámicas y priorizan vínculos basados en la autenticidad, el consentimiento y la autonomía.

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Según la investigación —centrada en la no monogamia en Argentina—, el 22% de las personas de entre 18 y 24 años ya exploró vínculos no monógamos, como acuerdos abiertos, tríadas o relaciones sin exclusividad sexual. Los porcentajes disminuyen en los grupos de mayor edad: 17% en el rango de 25 a 34 años y 14% entre quienes tienen de 35 a 44 años.

«Para esta generación, el amor no se basa en la duración ni en la exclusividad, sino en la autenticidad del vínculo«, sostiene Silvia Rúbies, directora de Comunicación de Gleeden para Latinoamérica, y destaca que conceptos como consentimiento, identidad y acuerdos explícitos ya forman parte del lenguaje habitual de los más jóvenes.

Nuevas formas de amar

Más allá de la experiencia directa, las percepciones sobre las relaciones también están cambiando. El 90% de los encuestados considera que la Generación Z se vincula con mayor libertad y conciencia respecto a su sexualidad. A su vez, un 84% cree que esta generación prioriza la apertura emocional y la curiosidad afectiva.

El informe también indaga sobre el futuro de los modelos vinculares: el 35% de los participantes imagina que en los próximos años predominarán las relaciones diversas, mientras que apenas un 16% considera que la monogamia tradicional continuará siendo la norma.

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La irrupción de las redes sociales, las aplicaciones de citas y el acceso constante a información modificaron profundamente las dinámicas afectivas. En ese contexto, la fidelidad y la duración ya no son los únicos indicadores de una relación exitosa. En cambio, ganan terreno valores como la equidad y los acuerdos conscientes.

«Los centennials no solo quieren amar diferente, ya lo están haciendo. Y lo hacen con menos culpa, más conciencia y total apertura«, concluye Rúbies.

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