Con la prioridad en el conurbano, la Tercera y la Primera sección, Axel Kicillof le pondrá el cuerpo a la campaña para las elecciones provinciales del 7 de septiembre, en las que se jugará en buena medida el contexto del último tramo de su gestión bonaerense y su proyección presidencial para 2027. El gobernador buscará que la interna del peronismo quede en pausa por los próximos 40 días y que el protagonismo de los intendentes, en las listas y en la movilización territorial, compense a favor de Fuerza Patria la tendencia de la baja participación en los comicios legislativos de este año.
Durante las próximas cuatro semanas, Kicillof tendrá actividades de campaña casi todos los días, acompañado por los candidatos y con el propósito de contrastar la orientación de su gobierno con el de Javier Milei. “Dos formas absolutamente opuestas de ver todo”, insistirá el mandatario provincial. En su agenda figuran Miramar (Quinta sección) el lunes, Pilar (Primera) el miércoles, Lomas de Zamora (Tercera) el jueves y General Pinto y Chacabuco (Cuarta) el viernes.
En 15 días previos a la elección, en los que no podrá haber actos de Gobierno, le armarán encuentros con otro formato en municipios que no están en poder de Fuerza Patria como Junín, San Nicolás, Tandil y Mar del Plata. En el inicio Kicillof debió sortear dos obstáculos. Por un lado buscó aplacar la interna -potenciada por el cierre de listas- con un acto en Quilmes compartido con Mayra Mendoza y Facundo Tignanelli, luego de la ausencia de los postulantes alineados con Cristina Kirchner en Almirante Brown y Berazategui.
También se apuró a desplazar a 24 policías de la Bonaerense, acusados de trabajar políticamente para Maximiliano Bondarenko, el ex comisario que será el primer candidato de La Libertad Avanza en la Tercera sección. “Había que cortar cabezas rápido. Si leen que tenés miedo, te comen”, evaluaron en la gobernación.
Kicillof, el ministro Javier Alonso y los postulantes, principalmente Verónica Magario y Gabriel Katopodis, se preparan para dar la discusión sobre estadísticas de seguridad e inversión comparadas con la gestión de María Eugenia Vidal. De ese modo intentarán no quedar “del lado de los delincuentes”, como procurarán ubicarlos los referentes libertarios y del PRO.
“Axel llevando la campaña y abajo los 85 intendentes arremangados para mover el territorio”, resumió un ministro bonaerense la fórmula con la que el peronismo buscará salvar la ropa en septiembre, en especial en la Tercera: apostarán a sacar una diferencia lo más amplia posible en esa sección, “perder por poco” en la Primera, “pelear” la Octava y “que no sea paliza” en el resto para promediar un buen resultado.
La baja participación en las provincias que adelantaron las elecciones -también en la Ciudad- genera cierta preocupación en Fuerza Patria. Esa alarma encendida explica en parte las candidaturas de varios intendentes: Mario Ishii (José C. Paz) en la Primera, Diego Nanni (Exaltación de la Cruz) en la Segunda, Mayra Mendoza (Quilmes) y Mariano Cascallares (Almirante Brown) en la Tercera, Germán Lago (Alberti) en la Cuarta, Alejandro Acerbo (Daireaux) en la Sexta y Marcos Pisano (Bolívar) en la Séptima, además de las postulaciones -en su mayoría testimoniales- de otros jefes comunales a concejales como Fernando Espinoza (La Matanza), Juan José Mussi (Berazategui), Jorge Ferraresi (Avellaneda), Andrés Watson (Varela) y Mario Secco (Ensenada), entre otros.
“La idea es mover todo lo posible el territorio. Puede ser un mito que sea algo tan determinante, pero caminar el territorio, con la boleta de papel, sobre todo con los intendentes con buena imagen, para nosotros es un combo que empuja un poco esa aguja”, transmitió cierta expectativa uno de los estrategas de la campaña.
“Sumar fuerzas”, quedó como consigna, acaso un reconocimiento de que más que unidad habrá confluencia de las distintas tribus del peronismo en este turno electoral. Desde su prisión domiciliaria, Cristina Kirchner viene participando con audios en actos de candidatos y dirigentes de su sector.
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