El ingreso a Estados Unidos sin visa: un beneficio que obtuvo Menem, se perdió tras el 2001 y renace con Trump y Milei

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En el llamado Daily Journal del Gobierno de los Estados Unidos, que se encuentra en los archivos nacionales de ese país, se lee una clara normativa del Servicio de Inmigración y Naturalización fechada, el 21 de febrero de 2002. Esta resume la experiencia de ese país al conceder a la Argentina, y luego quitarle, el llamado Programa de Exención de Visas, que permite a los ciudadanos de países designados solicitar admisión a EE.UU por 90 días o menos como “visitantes de negocios o placer” sin necesidad de obtener previamente una visa de no inmigrante.

El programa de entrada sin visa a los Estados Unidos es fuerte noticia ahora porque, tal como anticipó Clarín este domingo, el gobierno de Donald Trump analiza concedérselo nuevamente a la Argentina. Altas fuentes contaron que podría anunciarse durante la visita a la Casa Rosada de la Secretaria del Homeland Security, Kristi Noem a Javier Milei. Sería similar pero actualizada a la que obtuvo Carlos Menem en los ´90 tras las gestiones de Domingo Cavallo y Guido Di Tella, ministro de Economía y canciller en aquel momento.

Sintetiza el Daily Journal del 21 de febrero de 2002 sobre el “Fin de la designación de Argentina como participante del Programa de Exención de Visas” que el país había sido incorporado al mismo el 8 de julio de 1996. El gobierno de Menem recibió desde su inicio un amplio apoyo de los Estados Unidos. Primero de George Bush padre. Después de Bill Clinton.

Según apuntó en un ensayo sobre las relaciones ente Argentina y Estados Unidos durante el menemismo, la académica Anabella Busso, de la Facultad de Ciencias Políticas y Relaciones Internacionales de la Universidad Nacional de Rosario, a la vez que docente del CONICET las causas de esas buenas relaciones se encuentran en que: el gobierno radical ya había mejorado sustancialmente los vínculos con Washington, golpeados en el final de la dictadura por las violaciones a los derechos humanos criticadas por James Carter y también por la guerra con Gran Bretaña por Islas Malvinas de 1982 y en tiempo de la administración de Ronald Reagan.

Otra razón fue la continuidad democrática de los 80 a los 90. Y otra, la alianza con el liberalismo y los anuncios sobre cambios en la política económica de Menem, la apertura y las privatizaciones de la empresas públicas. Además, se normalizaron las relaciones con el Reino Unido, lo que también ayudó a consolidar las relaciones con Estados Unidos, aliado de Londres. El embajador aquí era en 1996 James Cheek. Anteriormente, Terence Todman.

Entonces el waiver lo obtuvo una treintena de países, siendo Argentina y Uruguay los latinoamericanos beneficiados. Más adelante sumaron a Chile y bajaron a los otros dos. Otros beneficiarios en aquel entonces -porque ello cambia constantemente- fueron los ciudadanos de Italia, Irlanda, Singapur, Luxemburgo, Eslovenia, España, Suecia, Suiza y el Reino Unido.

Los países cuando deciden eximir de visados a otros es porque su población no representa peligrosidad o conflicto inmigratorio; también por afinidad y por acuerdo política entre los gobernantes, como entonces con Menem y ahora con Milei. Puntualmente, afirman expertos consultados, Argentina es un país de mayor inmigración que de emigración. Y su pasaporte ranqueó entre los pocos confictivos a nivel latinoamericano, junto al de Chile, el único país de la región que hoy tiene visa waiver. Es permitido sin visa en muchos países, por ejemplo en la Unión Europea.

Ahora, Milei es el único aliado político de Trump en el Cono Sur. Pero el Programa Visa Waiver también estuvo dando vueltas como una posibilidad durante el gobierno de Mauricio Macri, y el triunfo de Alberto Fernández en 2019, lo volvió a posponer. El año pasado se lo pidieron personalmente al ahora ex embajador Marc Stanley -de la administración Biden- la ex canciller Diana Mondino y sus secretarios del área comercial y política, Marcelo Cima y Leopoldo Sahores.

Por eso hay cuestiones de máxima seguridad. En los años 90 ciudadanos asiáticos de distintas nacionalidades, entre ellos chinos y taiwaneses, pero también latinoamericanos como peruanos, paraguayos y bolivianos buscaron hacerse ciudadanos argentinos para obtener el beneficio. Ahora, hay alertas de que ciudadanos rusos, venezolanos y los países limítrofes -de Bolivia que tiene enorme flexibilidad migratoria con Irán- podrían adquirir la ciudadanía para entrar sin visa a los Estados Unidos.

En el Daily Journal del 21 de febrero de 2002 se inscribe como motivo del fin del Programa Waiver “la actual crisis económica en Argentina» y el «aumento del número de ciudadanos argentinos que intentan utilizar el programa para vivir y trabajar ilegalmente en Estados Unidos”. Afirmaban que “el Departamento de Justicia, en consulta con el Departamento de Estado, ha determinado que la participación de Argentina en el VWP es incompatible con el interés de Estados Unidos en la aplicación de las leyes de inmigración de ese país”. Y que en “consecuencia», esta norma dio «por terminada la designación de Argentina como participante del VWP.”

Desde entonces, los ciudadanos argentinos que deseen viajar a Estados Unidos por negocios o placer legítimos debieron siempre pedir -y pagar- la visa de no inmigrante en un consulado o embajada estadounidense antes de su llegada a Estados Unidos. Los controles son siempre estrictos. Con Trump aún más.

El ingreso al Programa de Visa Waiver también se produce en contextos. En 2002 Estados Unidos era un país atravesado por el temor y el refuerzo de sus fronteras y de los controles más estrictos inmigratorios por los ataques terroristas a las Torres Gemelas y al Pentágono del 9 de septiembre de 2001. Como explica el sitio Boundless, sobre el gran cambio tras los ataques del 9/11, la creación del Departamento de Seguridad Nacional (DHS) en 2002, que asumiría no solo las funciones de inmigración y aduanas, sino también las de contraterrorismo y el Servicio Secreto, «reflejó un cambio importante en la política migratoria estadounidense». En lugar de considerar la inmigración desde una perspectiva económica y de política exterior, «Estados Unidos pasó a considerarla principalmente desde una perspectiva de seguridad y riesgo».

En 2002 lo perdió Argentina, y 2003, lo perdió Uruguay. Por otra parte, las relaciones entre el gobierno de Eduardo Duhalde y Washington estuvieron lejos de ser buenas.

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