Milei no negocia, se planta ante gobernadores y Wall Street lo advierte

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Casualidad —o no tanto—, Javier Milei eligió el histórico recinto de operaciones de la Bolsa de Comercio para anunciar su estrategia política ante la ofensiva opositora para aprobar leyes que socavan el ordenamiento fiscal armado por el Gobierno.

El equipo económico cree que necesita anclar las expectativas de los inversores, de adentro y de afuera, de que «todo marcha de acuerdo al plan» (TMAP), más allá de alguna volatilidad de corto plazo.

Al contrario de lo que podría suponerse, Milei jugó a fondo en su relación con los gobernadores. Los acusó de querer «destruir al Gobierno Nacional» y «romper el país».

Para analistas de Wall Street que monitorean el día a día de la Argentina, la estrategia luce riesgosa. Una jugada a todo o nada por parte de la Casa Rosada podría, en los hechos, resquebrajar el equilibrio de las cuentas públicas y espantar a los inversores. La salida del JP Morgan, en los hechos, empeoró las expectativas de los financistas globales.

Milei está convencido de que la estrategia es la mejor posible. Así lo saben desde el equipo económico.

La encuesta que mira Javier Milei, de cara a las elecciones

La última encuesta de la consultora Aresco, comandada por Federico Aurelio, que suele asesorar a la Casa Rosada, pudo haber marcado los últimos pasos del jefe de Estado.

Allí dice que Milei conserva una mayoría que respalda la gestión. Hoy esa porción de la sociedad se encuentra en el 51 por ciento.

A la hora de explicar ese respaldo, la mayoría asegura que banca que el líder libertario mantenga un perfil alternativo a la «vieja política». Gusta del discurso anti casta. Ese apoyo del posicionamiento político es superior, incluso, al que respalda la gestión de la economía.

De ahí puede comprenderse la jugada al límite que enarbola el Presidente, que se traduce en una confrontación «a todo o nada» con los mandatarios del interior.

Es decir, que lo que para el Gobierno funciona como un activo político que podría servirle para ganar las elecciones de octubre, para el mercado, puede ser un riesgo demasiado elevado.

Dólar e inflación: el peligro inminente para el Gobierno

El peligro está a la vista: una suba del dólar y del riesgo país que impacte en el proceso de desaceleración de la inflación podría mellar la adhesión electoral del oficialismo en las elecciones de octubre.

Para el mercado, ese respaldo en las elecciones resultará determinante para el futuro del plan económico. Todos los bancos de inversión internacionales sacaron informes en las últimas semanas dando cuenta de esa realidad inocultable.

Por ahora, las encuestas le sonríen a Milei.

Según el último relevamiento de Aresco, que Milei tuvo entre manos a comienzos de esta misma semana, La Libertad Avanza puntea en las preferencias rumbo hacia octubre.

La distancia es de diez puntos: de 42,9% a 32,9% según ese último sondeo a nivel país.

Los financistas creen que si a Milei le va bien en las elecciones, si efectivamente logra romper el techo del 40% de los votos a nivel nacional, el escenario político se le disipará al Presidente a partir de ese momento.

El Presidente dejó en claro que su plan pasa por ese mismo carril en su discurso en la Bolsa de Comercio, del último jueves.

La pregunta que se formulan en la City es qué podría suceder si el oficialismo pierde votos de acá hasta octubre, y las urnas no le dan ese margen cuando se cuenten los sufragios.

La pelea en el Congreso puede generar volatilidad

El Presidente dio indicios del escenario financiero en caso de que las expectativas se compliquen. Lo mencionó en la Bolsa cuando habló de las chances de que los vetos a las últimas leyes sancionadas sean rechazados en el Parlamento.

«Supongamos que no conseguimos los números para lograr el veto… bueno, lo que se ha sancionado hoy de forma violenta, la idea de que para hacer un gasto hay que financieros… si el veto se cayera, lo que vamos a hacer es judicializarlo. Difícilmente se defina antes de diciembre», anticipó el jefe de Estado.

Milei deslizó: «Vamos a tener más volatilidad del Riesgo País, bajará el crecimiento, pero el equilibrio a largo plazo no va a cambiar».

¿Será así? En la City creen que el Presidente podría haber jugado con fuego, al no plantear una negociación directa con los gobernadores y llegar a un acuerdo fiscal.

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