Este miércoles feriado, Rosario vivió una visita especial: en el Día de la Independencia, el actor Gabriel “Puma” Goity encabezó un ensayo general abierto de «Cyrano», el clásico del teatro universal. La función, realizada en el Teatro El Círculo ante más de mil personas, funcionó como preestreno de la obra que se presentará oficialmente los días 10, 11 y 12 de julio en esa misma sala. Hay sorteo de entradas para quienes tengan la tarjeta BLC.
Cyrano es un clásico del teatro. Escrita por el francés Edmond Rostand a finales del siglo XIX, se mantuvo vigente gracias a su carácter profundamente popular. Esa esencia se ve reflejada en esta nueva versión producida por el Teatro San Martín, protagonizada por Goity, que desde su estreno en 2023 se transformó en un verdadero fenómeno teatral, con funciones a sala llena tanto en calle Corrientes como en Mar del Plata, y con cientos de miles de espectadores. Por su trabajo en esta obra, Goity fue distinguido recientemente con el Martín Fierro de Oro al Teatro y se consagró ganador de 6 premios Estrella de Mar.
A pura emoción y entrega, el aclamado actor realizó un ensayo de manera gratuita gracias a la coordinación entre la productora Plan Divino y el Teatro El Círculo, con el objetivo de acercar el arte y la cultura a la comunidad.
Los rosarinos llenaron la sala y se mostraron entusiasmados de presenciar una puesta de altísimo nivel, encabezada por uno de los actores más premiados del país. Además, el elenco cantó el himno para dar inicio al encuentro, en el marco del Día de la Independencia.
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Las funciones en Rosario
La obra se estrenará oficialmente este jueves 10 de julio y también tendrá funciones el viernes 11 y sábado 12 en la sala de Laprida y Mendoza, como parte del inicio de su gira nacional. La producción del Teatro San Martín, que ya brilló en calle Corrientes y Mar del Plata, cuenta con más de 35 artistas en escena.
La historia de este clásico es, en sus cimientos, una historia de amor. El Cyrano de Bergerac es un soldado poeta, valiente, orgulloso y sentimental, y con una nariz tan prominente que roza lo ridículo. Está enamorado de una mujer hermosa, su prima Roxane, pero al considerarse feo, no espera que ese amor sea correspondido. Por su parte, ella está enamorada de Cristian, un joven soldado que pide ayuda a Cyrano para escribirle las cartas de amor por las que Roxane se enamora perdidamente… sin saber quién está realmente detrás de las palabras.
Además del Puma Goity, el elenco está integrado por reconocidas figuras como María Abadi, Mariano Mazzei, Horacio Acosta, Larry De Clay, Fernando Lúpiz, Pacha Rosso, María Rosa Frega, María Morteo, entre otros.
La propuesta también incluye músicos en escena que rotarán a lo largo de las funciones: María del Rosario Barrios Caram, Sara González, Lorena Yankelevich, Keiji Brian Yonagi, Walter Yamagusuku, Lucas Magnoni, Cecilia Cigan, entre otros.
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La palabra del Puma Goity
Antes del estreno de su aclamda obra en Rosario, el Puma Goity habló con La Capital y compartió su felicidad por protagonizar la obra que lo hizo ser actor.
¿Qué te parece que tiene esta obra, además de ser un clásico, que genera esta respuesta tan contundente del público?
Ante todo, es una alegría enorme. Es una obra que yo amo. Es la obra que me hizo ser actor. Pero la verdad no pensé que iba a tener esta repercusión. Me sorprendió. Yo la hice por una cuestión mía, de darme el gusto de hacer esta gran obra. Pero claro, es una obra popular, en la que el público la pasa bárbaro porque tiene de todo: drama, comedia, comicidad y tragedia. Tiene todas las vertientes del teatro, es de una poesía enorme, es romántica, es sumamente entretenida, es apta para todo público. Y es un clásico. Pero de todas maneras me sorprendió, porque cuando uno hace teatro en el San Martín sabe que son tres meses y acá hemos roto todos los moldes porque vamos a cumplir dos años en septiembre. Hicimos temporada en Mar del Plata, cosa inédita para el Teatro San Martín. Alfredo Alcón ha ido alguna vez con una obra del San Martín pero se quedaba quince días, o un mes como mucho. Nosotros estuvimos desde octubre en Mar del Plata, más de 160 mil espectadores. Es un orgullo muy grande, estoy muy feliz. Me quedo corto con cualquier adjetivo calificativo, porque es una obra que me apasiona. Me genera mucho laburo también porque hay que prepararse mucho pero vale la pena. La gente lo agradece. Lo más lindo es que mucha gente me dice: “Yo nunca había ido al teatro, Puma. Me vine con mi familia”. Eso es lo que más orgullo me produce de todo lo que está pasando con el Cyrano.
¿Te parece que tiene que ver también el hecho de que vos seas un actor popular, y que marida bien con las características de esta obra?
Puede ser. Yo creo que todo tiene que ver con todo. La obra es una gran obra, y uno tiene su recorrido también. Y la gente lo agradece. He venido mucho a Rosario con distintas obras y siempre ha sido un placer. Todo es sin duda una sumatoria. Ha sido una conjunción extraordinaria y seguimos haciéndola. Equipo que gana no se toca. Es impresionante.
¿Qué les pasa con la posibilidad de poder llevar la obra a otras ciudades del país?
Cuando apareció la posibilidad de la gira, cosa que me emociona mucho, yo dije que sí, pero que vayamos con todo, como la hacemos en Buenos Aires y como la hicimos en Mar del Plata. Si no, no lo hagamos. Ahí hay que agradecerle a Marcelo González, que es el que hace la coproducción con el San Martín, para garantizar que la obra va a estar completa. Somos un elenco de más de treinta actores, más los músicos, más todo lo que es la técnica y la escenografía. Hacía mucho tiempo que no se hacía una gira de este estilo, que el San Martín salga y llegue hasta Rosario, Santa Fe, Mendoza, Córdoba, con su versión completa y con todo el despliegue y la parafernalia que la obra necesita. Estoy enormemente feliz. Las grandes obras producen mucho trabajo. Cuando yo hablé en su momento con el San Martín sobre la posibilidad de hacer Cyrano, dije que no quería que fuera una versión, en el sentido de que fueran doce actores en vez de cuarenta. Yo no creo en eso, yo creo que hay que hacerla como tiene que ser. Hagámosla completa, con todo el elenco que se necesita. Eso genera fuentes de trabajo y estoy feliz con eso también.
¿Qué sentís que le suma ese valor de la puesta?
Es que tiene que ser así. El Cyrano con menos escenografía no es el Cyrano. Son cinco actos, y tiene que haber todos los cambios de escenografía que corresponden. Por eso humildemente la condición fue esa, y fue aceptada. Es un gran riesgo obviamente por todo lo que eso conlleva, pero hay que apostar. Yo apuesto al gran teatro y a la gente le gusta ver buen teatro, de calidad, donde la pase muy bien, donde se encuentre con los actores y el Cyrano tiene absolutamente todo eso.
El éxito de “Cyrano”, un clásico que dura dos horas y media, también va a contramano de la noción de que la gente sólo quiere consumir cosas breves y simplificadas.
No es una obra larga, es una gran obra de teatro, que dura toda la vida. Porque la ves una ves y te la acordás para siempre. Yo he visto obras de quince minutos que son un bodrio, así que no jodan con el tiempo. El Cyrano dura lo que tiene que durar. Les prometo que se van a acordar toda la vida el Cyrano que van a ver, que la van a comentar.
Por eso mismo, “Cyrano” echa por tierra esa idea de que a la gente no le interesan este tipo de propuestas.
La gente lo que no quiere es embolarse. Y con esta obra van a pedir que no termine. Digo más: yo vi la versión de Ernesto Bianco en el año 77 y duraba cuatro horas veinte minutos. Y me enteré lo que duraba cuando terminó, porque ni me di cuenta. La nuestra dura dos horas y media. Les va a encantar, les va a sorprender el final, y van a comentarla toda la vida. El Cyrano de Bergerac es una experiencia.
¿Qué sentís que aprendiste de encarnar este personaje?
Que tengo las mismas ganas que cuando tenía 18 años. Y que hay un montón de prejuicios con los clásicos, de que la gente está para otra cosa. La gente quiere ver cosas buenas. Eso hay que ofrecerle a la gente, excelencia. Y eso aprendí y aprendo, que si vas con el corazón en la mano, te van a ir a ver. Hay que llevar calidad, hay que esforzarse, hay que llevar el corazón en la mano y las cosas van a funcionar. Si especulás, quizás de suerte la podés meter. Pero cuando hacés las cosas de corazón y por el simple placer de hacerla, como yo hice el Cyrano de Bergerac, va a repercutir.
¿Qué te sorprende todavía del oficio después de tantos años de carrera?
Que tengo las mismas ganas que cuando tenía 18 años (risas). Incluso más. Y me pongo más nervioso, porque cuando uno tiene una trayectoria, tiene un nombre, eso genera expectativa. Y hay que responder a eso. A la vez, es el famoso “yo sólo sé que no sé nada”, porque todo lo anterior no garantiza nada, no sirve, hay que estar aquí y ahora, con responsabilidad de hacer las cosas como corresponde. Y con el Cyrano, si no salís a morirte en el escenario, no la podés hacer. Con el elenco, antes de salir, siempre decimos: “Hoy es la última función de nuestras vidas”. Y así actuamos, porque de otra manera no se puede hacer esta obra.