Se trata de la tragedia en la que murieron los abuelos, los padres y una hija pequeña. El más chico sobrevivió gracias a que estaba en una habitación alejada, con la puerta cerrada y mejor ventilada.
El bebé de 18 meses que sobrevivió al trágico episodio de intoxicación por monóxido de carbono en la Ciudad de Buenos Aires, será otorgado a su tía paterna, luego de haber quedado huérfano. Hasta ahora continuaba internado en el Hospital de Niños Ricardo Gutiérrez, donde muestra una evolución favorable.
La supervivencia del bebé fue impactante en el marco del horror que encontró otra familiar al arribar el pasado martes a la vivienda de sus padres, una pareja de octogenarios que hacía pocos días recibieron a su hijo, su esposa francesa y sus dos pequeños, de visita desde Europa, donde residen.
Mientras se recupera el menor, el Juzgado Civil N.º 102 de la Ciudad de Buenos Aires le otorgó la guarda provisoria a una tía paterna, con el objetivo de evitar su institucionalización una vez que reciba el alta médica.
La tía del niño es profesional, propietaria de una vivienda y no registra conflictos personales. Acompañada por sus hermanos, será la encargada de brindar contención y cuidado al menor durante esta etapa, mientras avanza el proceso judicial que definirá la tenencia definitiva.
El caso se produjo por una falla en la calefacción de la vivienda. Según las pericias, el monóxido de carbono se acumuló por una caldera defectuosa y la obstrucción de las ventilaciones con nylon y cinta adhesiva. El bebé sobrevivió gracias a que estaba en una habitación separada con la puerta cerrada y posiblemente mejor ventilada.
Los abuelos maternos y un tío del bebé superviviente, ya arribaron al país desde Francia, donde residen, y el proceso de definición de la tenencia podría resolverse de manera más ágil si existe acuerdo entre los parientes de ambas partes.
La Justicia evaluará si es necesaria una prórroga de la guarda, una tutela o incluso una adopción, con foco en el bienestar emocional y social del menor.
Para eso, ya se pusieron en marcha evaluaciones psicológicas y socioambientales, en conjunto con organismos de protección de derechos de la infancia.
Fuente: R2