Es la fiesta máxima del fútbol mundial y por estos días concita la atención de todo el planeta deportivo, con partidos protagonizados por los mejores equipos de cada continente y sin dudas con las figuras más veneradas por los hinchas. Claro el fútbol rosarino tiene seis embajadores, entre ellos, los actuales campeones del mundo Lionel Messi (Inter Miami) y Angel Di María (en Benfica antes de volver al Canalla), pero la sensación es agridulce porque las camisetas de Central y Newell’s no están en la mega cita. ¿Podrían estar en el próximo evento dentro de cuatro años? ¿Es una misión imposible? ¿Es un sueño alcanzable? ¿Los equipos de la ciudad pueden armar un proyecto deportivo a largo plazo para llegar a este campeonato de elite? Muchas preguntas y sólo una algunas certezas.
El camino para llegar es largo y demasiado sinuoso, muy desigual desde el presupuesto con sus rivales directos, pero para nada leprosos y canallas deberían bajar los brazos y abortar el sueño. Claro que para pertenecer deberían hacer lo que nunca pudieron en toda su historia: ganar la Copa Libertadores.
Los otros cuatro futbolistas de la ciudad en el Mundial son Angel Correa (Atlético Madrid), Tomás Pérez (Porto), Lautaro Blanco (Boca) y Facundo Zabala (Al-Ain de Emiratos Arabes Unidos).
Volviendo a los clubes, en esta edición 2025, Sudamérica presenta 6 equipos de la Conmebol. Cuatro ingresaron por la vía de los campeones de la Libertadores y dos por la clasificación.
Leer más: Central: los chicos de la reserva tendrán la compañía de los hinchas en la semifinal
La ruta para Central y Newell’s
Justamente el camino de Central y Newell’s es llegar por la ruta de la Conmebol jugando la Copa Libertadores. En este 2025 están disputando el Mundial de Clubes los últimos cuatro campeones de la Libertadores (de 2021 a 2024) y son todos brasileños: Palmeiras, Flamengo, Fluminense y Botafogo. Además, por ránking entraron River y Boca.
Ambos argentinos llegaron por ránking en una tabla de las últimas cuatro temporadas, a partir de la fase de grupos de la competición de clubes más importantes de la confederación (Copa Libertadores), e incentivando el resultado de cada partido del torneo correspondiente, se aplicó la siguiente metodología para la clasificación: 3 puntos por victoria, 1 punto por empate y 3 unidades por pasar a cada fase de la competición.
Por ello está claro que para los equipos rosarinos hay dos vías para llegar al Mundial de Clubes de 2029, siempre que no se alteren los sistemas de clasificación. Una es ganar la Copa Libertadores (las tres que se juegan entre 2026 y 2028), ya que en la actual de 2025 no participan. Mientras que la otra opción es participar de las próximas tres ediciones del máximo certamen continental y sumar la mayor cantidad de puntos desde la fase de grupos en adelante. Este el camino más largo.
Leer más: Es rosarino, jugó Newell’s y enfrentará a Messi en el Mundial de Clubes: «Quiero ganarle»
Rosario siempre estuvo cerca
La realidad es que ganar el máximo torneo continental todavía es una misión imposible para los equipos rosarinos. Newell’s fue el que estuvo más cerca con sus tres mejores equipos de la historia, pero tampoco le alcanzó.
La Lepra perdió la final con el Piojo Yudica ante Nacional de Uruguay en 1998. Luego el equipo de Marcelo Bielsa también cayó en la definición del torneo ante San Pablo en la edición 1992. Mientras que con el Tata Martino el frenó fue en las semifinales ante Atlético Mineiro en 2013.
En tanto que Central estuvo dos veces muy cerca de meterse en el partido decisivo, pero se quedó en el intento. Los de Arroyito llegaron a dos semifinales. Una fue en 1975 en la etapa semifinal donde jugaron un triangular con Independiente y Cruzeiro y avanzó el Rojo. Y la otra fue con el equipo del Patón Bauza en 2001, donde cayeron en la semi con Cruz Azul de México.
Lejano, pero no inalcanzable
Así, las cosas, el Mundial Clubes hoy asoma muy lejano, casi inalcanzable por una cuestión presupuestaria para los equipos rosarinos que deben competir con los poderosos de Buenos Aires y con los brasileños que ganaron las últimas cuatro ediciones.
Pero nadie les puede quitar el sueño y para los dirigentes, los que están y los que vengan, el gran desafío es diseñar proyectos a largo plazo, serios y con un norte difícil, pero que vale la pena intentar: poner al fútbol rosarino en el Mundial de Clubes.