El streamer Santiago Rodríguez Zahn, conocido como Santutu, rompió el silencio luego del revuelo que provocó su festejo en vivo por la condena firme a Cristina Fernández de Kirchner. El episodio ocurrió durante la emisión de Tapados de laburoen el canal OLGA, donde celebró junto a Franco “Mortedor” la decisión de la Corte Suprema.
Horas después, militantes kirchneristas realizaron una pintada en la puerta de la emisora con un mensaje amenazante dirigido a los streamers. El caso escaló en redes y desató un debate sobre límites, humor y censura.
“La política me chupa bien la punta”
En un nuevo stream de su canal, Santutu abordó la controversia con un tono provocador: “Yo dije lo que dije y jodí porque me chupa la verga la política. Me chupa bien la punta de la verga”, lanzó sin filtros. Y agregó: “A mí no me parece border hacer un chiste en un programa. El que no lo entiende como un chiste es un pelotudo”.
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El streamer dejó en claro que su festejo no respondió a una postura ideológica, sino a la lógica de su contenido. “Me salió aplaudir y joder. No me interesa la política. Fue un chiste, y el que no lo capta, fuera”, sentenció.
Santutu también se refirió a su compañero “Uni” (Unicornio), a quien acusó de haberse despegado de la situación: “Uni se cagó todo. Dijo ‘yo en esta me bajo’ porque el chiste era que él era peronista. Pero tampoco es que sea un militante, solo le encanta Cristina”.
En el centro de la escena estuvo Mortedor, quien, según Santutu, “tiró el comentario más cancelable que se le vino a la cabeza”, y él lo siguió “como si me tirara en cuero al pasto hasta que me pique todo el cuerpo”. La actitud, dice, fue espontánea, sin calcular reacciones.
Tensión interna en OLGA
Santutu reveló que apenas segundos después del chiste, recibieron una advertencia por auriculares desde la producción del canal. “A los 30 segundos, por la cucaracha se escuchó: ‘Corten con los chistes, por favor, muchísimas gracias’”, contó.
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El streamer pensó que ese mensaje había sido solo para él y Mortedor. Sin embargo, la incomodidad en el estudio fue evidente, y la censura interna quedó al descubierto. “La concha de la lora, hoy… programón, programón”, ironizó.
Este episodio expone la tensión creciente entre el humor en el streaming y las líneas editoriales dentro de los nuevos medios digitales. Aunque OLGA se posiciona como un espacio fresco y descontracturado, el episodio encendió las alarmas sobre hasta dónde se puede llegar cuando se toca un nervio político.
Mientras tanto, Santutu, fiel a su estilo, se sostiene en su postura: no le importa el juicio ideológico ni las represalias. “Lo hice porque me salió. Y si eso molesta, el problema no es mío”, concluyó.