El Estado nacional, a través de Enarsa, dejó de girarle los avances de obra. La UTE encargada de los trabajos, que permitirían duplicar la capacidad de transporte, le cursó una dura advertencia. El tramo desde esa planta en la localidad bonaerense de Salliqueló hasta la santafesina San Jerónimo también fue congelado
Vaca Muerta, el complejo de explotación no convencional de hidrocarburos, está considerado un punto estratégico para el autoabastecimiento energético y la reducción de la famosa restricción externa (insuficiencia estructural de dólares en la economía). La motosierra libertaria también amenaza con detonar ese futuro deseado: la Unión Transitoria de Empresas (UTE) integrada por Contrera Hermanos y Eusuco informó que abandona la construcción del último tramo de la Planta Compresora Salliqueló del gasoducto esencial para trasladar la producción. El motivo: el Estado nacional, a través de Enarsa, dejó de pagar los avances de obras en febrero.
La UTE acusó a Enarsa, además de no girar pagos desde hace casi tres meses, de no asumir la responsabilidad de pagar sobrecostos por imprevistos ni elaborar la documentación necesaria para poder concluir la planta comprensora situada en la localidad bonaerense homónima.
Detonando el futuro
El gasoducto de Vaca Muerta, casi abandonado por el actual Ejecutivo nacional, es imprescindible para exportar el gas y autoabastecerse del recurso. Así, se reduciría la dependencia de las importaciones de GNL (Gas Natural Licuado), que drenan dólares que no sobran. Y potenciar la industria nacional con el hidrocarburo.
El directorio de la UTE le envió una nota de duros términos a Enarsa para comunicar que cesaba con los trabajos. “Se procederá a la relocalización de todos los recursos que esta contratista mantiene actualmente dentro del predio”, señala el texto. Y en el mismo tono agrega que a partir del próximo lunes 19 de mayo “todas las comunicaciones deberán canalizarse exclusivamente por correo electrónico o carta contractual”.
Tanto la planta compresora de Salliqueló como la neuquina de Tratayén son dos obras complementarias del gasoducto Néstor Kirchner que permiten evacuar gas de Vaca Muerta hasta los grandes centros de consumo del país. Con ambas plantas en funcionamiento, estaba previsto duplicar la capacidad de transporte: de 11 a 21 millones de metros cúbicos diarios.
Abandono total
La obra sufrió el derrumbe de una estación de medición tras un temporal en La Pampa. Nadie evaluó los daños ni propuso cómo prevenir nuevos colapsos. El fenómeno atmosférico dejó expuesta la fragilidad de una estructura que debería haber sido blindada, mantenida y supervisada con rigor. Pero el Estado libertario, fiel a su esencia, estuvo ausente.
El Apto para Funcionar (APF) de la planta compresora inicial estaba previsto para el 4 de julio de 2023. El Gobierno actual responsabilizó por las demoras a la administración anterior. El 3 de abril de 2024, firmó una adenda con la UTE en la que fijó como nuevo límite para el APF el 29 de junio siguiente. No pasó y, ahora, todo empeoró por la falta de pagos.
A Santa Fe no llegará, otro recorte libertario
El proyecto completo del gasoducto contemplaba la construcción de la Etapa 2, desde Salliqueló, en el oeste bonaerense, hasta la localidad santafesina de San Jerónimo.
Esto implicaría una extensión total de 524 kilómetros y una capacidad de transporte de gas de hasta 39 millones de metros cúbicos diarios. Pero desde la asunción del nuevo Gobierno, la construcción de este tramo fue congelada. Enarsa ni siquiera activó la licitación de las obras.