Tras la muerte este lunes a la madrugada del Papa Francisco, ya empiezan a sonar los nombres de los posibles sucesores. Uno de ellos es Luis Antonio Gokim Tagle, originario de Filipinas y con 67 años, es prefecto del Dicasterio para la Evangelización, una de las instituciones más influyentes del Vaticano. Si llegara a ser elegido como Sumo Pontífice, se convertiría en el primer Papa asiático de la historia.
Conocido por su enfoque pastoral abierto y sus posiciones progresistas, Tagle ha abogado por una Iglesia más acogedora hacia comunidades tradicionalmente marginadas, como las personas divorciadas y la comunidad LGBTQ+. Su visión está en sintonía con la línea aperturista del Papa Francisco, apuntando a una Iglesia más progresista.
Uno de los pocos aspectos que podría jugarle en contra es su edad: con 67 años, sería considerado “joven” para el cargo, lo que implicaría un papado potencialmente largo, de 15 años o más.
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Nacido el 21 de junio de 1957 en Manila, en una familia de raíces tagalas y chinas, Tagle se formó en filosofía y teología en instituciones católicas de renombre en Filipinas. Fue ordenado sacerdote en 1982 y obtuvo su doctorado en teología en la Universidad Católica de América con honores, especializándose en la colegialidad episcopal del Concilio Vaticano II. Su pensamiento ha sido influenciado por figuras clave como Joseph Komonchak y la Escuela de Bolonia, lo que lo posiciona como una voz relevante dentro del pensamiento teológico asiático.
Fue designado obispo de Imus en 2001 y arzobispo de Manila en 2011 por el Papa Benedicto XVI, quien también lo nombró cardenal en 2012. Desde 2019, se desempeña como Pro-Prefecto del área de Primera Evangelización en el Dicasterio para la Evangelización. Además, presidió Caritas Internationalis entre 2015 y 2023, lo que le otorgó una proyección global, aunque no exenta de críticas por algunos aspectos administrativos.
El «Francisco asiático»
Apodado el “Francisco asiático”, Tagle es carismático, cercano a los fieles y se comunica con soltura a través de medios modernos como el programa «The Word Exposed» (programa de los jesuitas de Filipinas que se dedica a la producción de material audiovisual para la evangelización y la educación, en curso desde 2008). Su labor pastoral está profundamente comprometida con los pobres, la justicia social y la integración de sectores vulnerables.
Su nombre resuena con fuerza entre los posibles sucesores de Francisco, en parte por su visión pastoral similar, que da prioridad a la inclusión, el acompañamiento y el diálogo. Ha abogado por una Iglesia más empática con las madres solteras, los divorciados vueltos a casar y la comunidad LGBT. Esta sintonía con el actual pontífice lo convierte en una figura atractiva para el Colegio Cardenalicio, mayoritariamente conformado por nombramientos del propio Francisco.
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Con fuerte presencia en Asia y América Latina, y gran influencia entre las generaciones más jóvenes, Tagle se perfila como un puente entre culturas y generaciones. Aunque su paso por Caritas Internationalis fue señalado por algunos como una debilidad en gestión, su papel en los territorios misioneros y en los nombramientos episcopales le confiere un peso considerable dentro de la estructura vaticana.
Desde su nombramiento como prefecto en 2019, Tagle ha sido visto como un heredero natural de la visión franciscana de la Iglesia. Fue considerado papable en el cónclave de 2013 y su ascenso al Orden de los Obispos en 2020 no hizo más que consolidar esa percepción. Su cercanía con Francisco y su participación en momentos clave como el Sínodo de la Familia lo colocan como uno de los nombres más fuertes para liderar el futuro de la Iglesia.
RB CP