Alejandro Wagner: «Hay que mejorar la competitividad puertas afuera de las fábricas»

Compartir

“El tema de la competitividad se discutió mucho en Argentina pero en este contexto, en el cual hasta se discute si hay que tener industria, es especialmente importante”. Así lo señaló Alejandro Wagner, director de Propyme, el programa de desarrollo de la cadena de valor del grupo Techint, que en la última edición de Expoagro presentó un estudio elaborado por once cámaras de la industria metalúrgica.

Con una participación en el PBI del 20% y una ocupación directa de 1,2 millones de puestos de trabajo, el sector manufacturero es uno de los más importantes del país. Sin embargo, en los últimos meses, a la luz del cambio de modelo económico, fue puesto bajo la lupa. Wagner advirtió que, además, de la tarea empresaria, también es una decisión de la sociedad preservar este ecosistema. Y señaló que “muchas cadenas de valor de sectores que usan acero trabajan la competitividad puertas adentro pero hay también una competitividad puertas afuera es lo que la empresa no puede controlar”. Macroeconomía estable, impuestos, logística, infraestructura, costos laborales entran en esta agenda industrial. Su recomendación: “Todos los actores tienen que salir cuanto antes a bajar costos”.

El tema de la competitividad se discutió mucho en Argentina, y en el mundo. Pero en este contexto en el que están cambiando muchas variables y en el que se está poniendo casi hasta en duda la industria, nos pareció más que oportuno responder dos o tres preguntas. Una es, ¿qué tan importante es la industria? En Argentina es el 20% del PBI de Argentina y genera 1,2 millones de empleos directos, que en indirecto se multiplica por tres. Es difícil entender cómo alguien quisiera romper con eso. Importar todo no es la solución. Tampoco lo que había antes. Seguro que hay algo intermedio y eso es lo que estamos discutiendo en este estudio. Por otro lado, el mundo está revalorizando la industria manufacturera. El tercer factor es que, por la interrupción de China en los últimos 20 años, se creó un caldo cultivo para que la situación a nivel global hoy sea tensa y se estén viendo cuáles son los límites de esa China que avanza y que decidió ser la fábrica del mundo. Todas esas variables hicieron que este estudio sea oportuno.

¿Por dónde pasa ese trabajo para mejorar la competitividad?

Si decimos que la industria es importante y que China es una amenaza y es imposible competir con ella, en el medio quedan dos cosas. Hay una competitividad puertas adentro y otras puertas afuera. La competitividad puertas adentro es productividad y eficiencia. Es la tarea que hace Propyme hace más de 20 años, basado en el modelo Techint. Hay muchas cadenas de valor de sectores que usan acero que trabajan la competitividad puertas adentro. Invierten en tecnología, trabajan sobre los costos, calidad del producto, temas de comerciales, recursos humanos, financieros. En eso, Propymes es anticíclico. Y los que hicieron la tarea están en una posición bastante mejor, en cualquier sector. Ahora, la competitividad puertas afuera es lo que la empresa no puede controlar y este estudio también aborda mucho ese tema. Ese es el otro trabajo que hacemos en Propyme, de plantear problemáticas al gobierno de turno y a la sociedad. Porque a veces hay que convencer a la sociedad, que es parte del proceso decisorio. Porque es una decisión si queremos tener industria o no. Este estudio concluye que la industria puede competir con países comparables, como México y Brasil. No con China, con la que no va a alcanzar nada. Hay cinco factores que resume el estudio. La macroeconomía sana es el factor número. Los otro cuatro factores son los impuestos, el financiamiento, la logística, que es muy compleja en Argentina, y la parte laboral, relacionada con la carga o el costo laboral no salarial.

¿La industria sin protección no funciona en Argentina?

Nada es blanco y negro. Hay empresas que son más eficientes que otras, pero hay casos de los dos lados en todos los sectores. Sí hay que reconocer que en una Argentina totalmente cerrada las ineficiencia se esconden más. Y eso es peligroso también. El punto intermedio es que hay empresas que, con todos los impuestos y problemas laborales que tiene, financiándose con su propio capital de trabajo, y con una macro que no sabemos cuándo cuándo cambia, aún así exporta a Estados Unidos. Si alguien puede exportar con toda esa carga es porque puertas adentro es eficiente. Hay oportunidades, pero insisto, ganarán los mejores, los más preparados y el punto está ahí en el medio. Hay que invertir inteligentemente. Ahora es momento de hacer la tarea, de venir a hacer la fila en Propymes. Hasta el más rezagado de nuestros clientes está muy cerca de nosotros. Diría que son los que habría que copiar. Pero nosotros tenemos unos 600 clientes y en Argentina hay 400.000 ó 500.000 empresas. Todos los actores tienen que salir cuanto antes a bajar costos. Y nos tenemos que involucrar los empresarios en la discusión pública.

¿Hay algún sector que tenga mayores dificultades que otros?

Es empresa por empresa. Hay sectores como agro, minería y energía renovable y no renovable que están en expansión. Hay un estudio que habla de una oportunidad de u$s 7.400 millones para Argentina en los próximos diez años, ligado a esos cuatro sectores. Nosotros estamos llevando empresas clientes de Ternium, abriendo las puertas de Vaca Muerta de la mano de Tecpetrol, para ver qué necesitan. Para poder perforar un pozo en Vaca Muerta hay una cadena metalmecánica que tiene que hacerse. Ya pasó en Estados Unidos, donde faltaban pymes metalmecánicas para poder sacar ese petróleo. Hay una oportunidad fenomenal. Ya llevamos tres misiones a la Vaca Muerta. Fabricantes de máquina agrícola, industrias varias, línea blanca, sectores tradicionales del consumo de acero. ¿Me estás diciendo que no tenés proveedores?. Acá hay un montón. Tienen 30, 40, 50, 70 años de historia, un genio industrial que no podemos tirar por la borda. Argentina tiene que tener industria. Se va a necesitar. Está claro para qué lado habría que ir, pero hay que bajar impuestos, mejorar el financiamiento, la logística. Si todo eso pasa, creo que podemos competir de igual igual contra cualquier país, que no sea China.

Trabajar la competitividad busca mejorar la oferta. ¿Pero este modelo no complica por el lado de la demanda?

Por supuesto que por más que mejores el P, si el Q no esta, el pxq no alcanza. Pero ahí no podemos hacer nada. Igual soy optimista. Con el arreglo de la macro, la Argentina debería empezar a crecer con menos con picos y valles, pero más consistentemente. Hoy sí estamos viendo que la demanda es menor. Nuestro consumo de acero copia muy bien la demanda de bienes industriales. El año pasado ya cayó algo más de 20 % respecto de 2023 y este año va a ser parecido. Pero ¿por qué soy optimista? Porque los grandes tractores de la economías son importantísimos para destrabar esos grandes proyectos tienen que pasar otras cosas políticas y macroeconómicas. Calculamos que estas cosas deberían pasar estos últimos próximos meses para elevarnos de a poquito y que terminemos 2025 un poco mejor. Y que el año que viene se vea ya un crecimiento más genuino, no tanto de rebote. Donde lo que estás vendiendo sea consumido sin especulaciones, sin brechas, sin inflación. Eso sería crecer como crecen en el mundo. Pero es verdad que tiene que venir ese mercado. Sin actividad, obviamente estamos complicados.

Noticias Relacionadas