Del chat de mamis a la marcha del 8M en Rosario

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Por Candela Ramírez

Empezó como un grupo de Whatsapp, como un desprendimiento de un grupo más grande de mujeres embarazadas. Fue a fines de 2023 y el motivo de la ruptura fue el contexto político: en Argentina acababa de ganar las elecciones Javier Milei.

El grupo había surgido para darse contención entre mujeres, desde el punto de vista práctico: consultar si tal síntoma es normal, dónde comprar alguna cosa, darse compañía a la madrugada cuando amamantan una vez que ya habían parido. Pero el giro político del país impactó ahí también y muchas decidieron que darse contención incluía también poder hablar de política y de cómo las afectaba la crisis económica en sus hogares.

Por eso el nombre que decidieron: “Maternar en crisis”. Tienen una cuenta en Instagram que se llama así y convocan a todas aquellas mujeres que quieran sumarse a que sigan la cuenta y que se sumen el sábado a las 17 en la Plaza San Martín desde donde saldrá la marcha por el 8M: el Día Internacional de las Mujeres. La cita termina en el Monumento Nacional a la Bandera donde se leerá un documento y habrá un festival de música en vivo.

El 22 de febrero este grupo, que reúne a más de 70 mujeres de la ciudad, hicieron su primera asamblea y decidieron conformar una columna para la marcha del 8M. Irán todas con cochecitos: quieren que sea un espacio seguro para ellas y para sus hijos e hijas.

Agenda pendiente del feminismo

“En estos grupos surgen debates políticos. La realidad que estamos pasando nos atraviesa, no queremos hablar solo de pañales. La maternidad es una agenda pendiente del feminismo, ¿cómo se incluye a las madres feministas? ¿cómo se hace para vivir con chicos? ¿quién los cuida? ¿si queremos marchar cómo hacemos? Queremos una columna que contemple todo esto. En el grupo de Whatsapp siempre hay una que está ahí para ayudar”, contó a este medio Cecilia, una de las integrantes.

En 2024 hubo algunos encuentros presenciales, este verano organizaron una “colonia itinerante” (se visitaba la casa de las que tuvieran pileta, para poder ir con los chicos) y el 22 de febrero celebraron su primera asamblea. No participaron, hasta ahora, de la Asamblea Lesbo Trans Feminista que organiza la marcha, pero el objetivo era acercarse esta semana para organizar también cómo se incorporarán a la columna. Este año hay una única marcha, a diferencia de otras veces que se convocaban dos movilizaciones distintas.

Otra de las integrantes, Mercedes, compartió que el objetivo fue “incorporar problemáticas de la maternidad que están atravesadas por el contexto de crisis a la agenda de los feminismos”: “Pensar que ganamos muchas batallas, entre ellas maternar por deseo, poder desear la maternidad pero después nos encontramos con una enorme tarea y hay mucho que queda en silencio en la casa”.

Además, planteó: “Nos pasó a fines de 2023 que necesitamos poder charlar de qué necesitábamos y también cómo nos atravesaba a cada una tener un gobierno de ultraderecha, atravesadas por lo económico y en esta soledad no sólo se fueron armando encuentros sino una red de escucha y de apoyo que puede funcionar las 24 horas”.

Mamis feministas

En diálogo con este medio enumeran temas de los que no se hablan: “La ayuda que necesitan las madres monoparentales, que son muchas. Tampoco hay nada en la ciudad pensado para la primera infancia, las guarderías públicas tienen cupo limitado y las demás son muy caras. Los lugares de trabajo y de estudio no cuentan con guarderías. La vuelta al trabajo no es fácil, ¿los varones están dispuestos a quedarse ellos en casa? Si es así no existe igualdad de derechos para que puedan hacerlo y además, justamente por la brecha salarial que ya es un reclamo más general del feminismo, muchas veces no conviene que sean ellos los que se queden en casa”.

Ambas piensan que es importante intentar que “las condiciones materiales no nos desgasten tanto, estar con otras”. “¿Y cómo hago para maternar y que eso no atente contra mi ingreso, contra mi profesionalización y hasta con la posibilidad de ocio?”.

En Instagram, en los flyers donde comparten información, se definen como “mamis feministas organizadas”. Son muchas las inquietudes para las que están empezando a pensar posibles respuestas o formas de reclamo. Por eso esta forma inicial de organización: eran apenas más de 20 las que se fueron del primer grupo de whatsapp. Ahora son más de 70.

Para Cecilia «la premisa principal es ser antimileísta»: «Eso tiene una potencialidad enorme porque venimos de distintos sectores, algunas estábamos organizadas, otras no, todas queremos estar para la otra. Poder decirnos: estoy en la misma”.

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