“Yo espero alguna sorpresa”, dijo un joven sub 25 vestido de traje mientras ingresaba al Hotel Hilton. Un momento antes, café de por medio, un dirigente liberal confesó: “Es probable que yo no esté de acuerdo con mucho de lo que se vaya a decir, pero este es un lugar para mantenerse vigente”. La primera edición en Buenos Aires de la Conferencia Política de Acción Conservadora (CPAC) generó expectativas y también fue una buena oportunidad de intercambiar contactos. La jornada estuvo atravesada por los elogios a Javier Milei y por la confianza en que Donald Trump podrá potenciar a las derechas del mundo.
La cantidad de menciones a Dios fue directamente proporcional a las veces que se alertó sobre la amenaza comunista, el socialismo y la agenda globalista. Todo aquello a lo que los argentinos ya se acostumbraron a escuchar en boca de los dirigentes de La Libertad Avanza, en la CPAC fue repetido hasta el cansancio.
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En la apertura del evento, Matt y Mercedes Schlapp marcaron el tono que iba a tener la jornada. “Viva Argentina, viva Estados Unidos y viva Israel”, arengó la anfitriona desde el escenario. El público aplaudió. “Estamos muy comprometidos en avanzar hacia la libertad, proteger a la familia y vencer al comunismo”, aseguró el presidente de CPAC. Schlapp aseguró que el triunfo de Trump fue “bíblico” y calificó a los gobiernos de Barack Obama y Joe Biden como una “tiranía”.
Según los organizadores de la CPAC, hubo unas 20 delegaciones de diferentes países. Estuvieron, por supuesto, estadounidenses. También hubo grupos de Brasil y de Venezuela —aunque en menor proporción que en otros eventos como el Foro de Madrid Río de La Plata—. Sin embargo, los que se llevaron todas las miradas fueron los envíados de Viktor Orbán, que se sacaron selfies con los asistentes, conversaron con dirigentes locales y tuvieron su propio panel. En el mundo de las derechas, los húngaros avanzan con fuerza (y dinero, repiten referentes conservadores).
Conservadores en contacto: pasillos, café y comida
Una de las primeras caras conocidas que aparecieron en el Hilton, alrededor de las 9.30 de la mañana, fue la de Juan Nápoli, el banquero que llegó a ser candidato a senador por La Libertad Avanza, pero que no entró al Congreso. “Vivo en frente”, dijo con una sonrisa para explicar su puntualidad extrema. Hubo otros ansiosos que llegaron temprano, sobre todo grupos de jóvenes universitarios y periodistas, que en varios casos tuvieron dificultad para conseguir su acreditación de prensa.
No hubo un solo panel que lograra llenar el auditorio. El salón estuvo dividido en tres: bien cerca del escenario las sillas estaban reservadas para los invitados especiales; en el medio se podían sentar los asistentes —la mayoría pagó US$100 para poder participar—; y en el fondo, los periodistas en el suelo o en tarimas. La predisposición para la prensa, como suele suceder en este espacio, no fue la mejor.
Pero no solo desde los medios hubo quejas hacia la organización. Uno de los presentes lamentó haberse perdido la gala en la noche previa: “Pagué y nadie me avisó que podía ir. La miré por televisión”, se lamentó. Sobre la marcha, además, hubo cambios de último momento. Por ejemplo, el mexicano Eduardo Verastegui iba a participar de un panel regional junto a Branko Mariovik, Rafael López Aliaga y Fernando Sánchez Ossa, pero finalmente habló solo desde un atril unos minutos antes.
La antesala del auditorio sirvió, durante toda la jornada, como espacios de intercambios y construcción de contactos. En las conversaciones de pasillo se escuchó a Cynthia Hotton saludar a un brasileño: “Yo fui la primera diputada evangélica de argentina”, le dijo. Su interlocutor festejó y llamó a un conocido para darle la noticia: “Ven, mira. Ella fue la primera diputada evangélica”, le contó.
Juan José “Turco” Esper fue otro de los que llegó temprano. El diputado bonaerense de San Miguel referenciado con Joaquín de la Torre es parte de la nueva agrupación oficialista Las Fuerzas del Cielo y se lo vio conversando distendido con sus nuevos compañeros. En un momento quedó trenzado en una intensa charla sobre el peronismo.
Las Fuerzas del Cielo tuvo asistencia casi perfecta. Estuvieron el secretario de Culto, Nahuel Sotelo; el diputado provincial Agustín Romo; y el diputado nacional Santiago Santurio; el subsecretario de Políticas Universitarias, Alejandro Álvarez; el director de Intercargo Lucas Luna; el coordinador de contenidos digitales Ezequiel Acuña; y el youtuber Mariano Pérez. Varios de ellos subieron al escenario para dar su mirada sobre la batalla cultural.
Daniel Parisini, conocido como «El Gordo Dan», fue el que más se destacó del grupo. Apenas llegó fue acorralado por las cámaras y por seguidores que lo querían saludar. Nada se supo sobre su jefe, el asesor presidencial Santiago Caputo, que no suele participar de estos eventos. También dijeron presente el jefe de Gabinete, Guillermo Francos, y el vocero Manuel Adorni.
Agustín Laje envió un video desde México, pero también se hizo presente en la CPEC Argentina a través de su fundación: en la puerta del auditorio, la Fundación Faro montó un stand que vendía libros. Entre las ofertas estaban “Globalismo” y “Generación idiota”, y el que escribió junto con el abogado Nicolás Márquez, “El libro negro de la nueva izquierda”. Además, los asistentes también se podían llevar un ejemplar “Defensa de los necesitados”, “Autopsia del socialismo”, “Maldita coyuntura” o “Los aparatos estatales nos aplastan”, de Alberto Benegas Lynch (h), el prócer de Milei. No podía haber mejor lugar para difundir estas ideas y vender que una conferencia de ultraderechistas.
Entre otros referentes de La Libertad Avanza también estuvieron el consultor Fernando Cerimedo y su esposa, Natalia Basil, funcionaria de la Agencia Nacional de Discapacidad. También hubo representación del Congreso con la presencia de la diputada María Emilia Orozco y el senador Ezequiel Atauche.
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Como es habitual, también se hicieron presentes jóvenes como Juan Ignacio Boutet, del armado porteño de LLA, y el tuitero Fran Fijap, cuyo nombre cobró visibilidad luego de haber sido corrido en una manifestación. Hace meses el gobierno decidió que era hora de hacer crecer la militancia en las universidades y en la CPAC tuvieron una visibilidad notoria los referentes de la agrupación Somos Libres, que se cargó la tarea de defender al gobierno en público durante el conflicto universitario.
La CPAC Argentina tuvo un halo de evento corporativo. Las excentricidades típicas de los libertarios no tuvieron lugar y apenas se contaron unas tres o cuatro personas con gorras que tenían inscripta la leyenda “Make America great again”. La única marca nacional —más allá de los oradores argentinos— fue al inicio del evento, cuando Rául Lavié subió al escenario a cantar el himno.
Los temas que obsesionan en CPAC
El triunfo de Trump en Estado Unidos significó una bocanada de aire para las derechas de todo el mundo y eso se respiró durante toda la jornada en el Hilton. Los conservadores están enfocados en su agenda: la familia, la religión, el libre mercado, la propiedad privada, el antiabortismo, el antiglobalismo y la portación de armas. Cada uno de los oradores puso el foco en estos asuntos.
Lara Trump fue la encargada de dar el primer discurso y comparó el ascenso de su yerno, Donald Trump, con el de Milei: “El establishment, los medios, decían que iban a perder pero no vieron que el mensaje de la libertad resuena en quienes quieren un cambio y cuando ese mensaje llega al votante, ganamos siempre”, dijo.
La mujer sostuvo que el presidente electo de Estados Unidos es quien más obstáculos tuvo en su carrera política en toda la historia: “Investigaron su casa y cuatro veces le hicieron juicio político. Tomaron una foto de él siendo arrestado. Y todos sabemos: alguien casi lo mata. Cualquier otra perona hubiera abandonado, pero Donald Trump no. Creo que él está vivo gracias a Dios todopoderoso. Dios le salvó la vida ese día en Pensilvania porque Dios no terminó de actuar a través de él”, sostuvo. El público aplaudió.
La dirigente republicana subrayó el “coraje” de Mieli durante su discurso en Davos y alentó a sus seguidores: “Cuando te digan radical o extremo o que tenés sentido común, lo llevas con un membrete de honor. No somos radicales, somos patriotas que salvamos nuestra nación”, sostuvo. El estratega Steve Bannon envió sus saludos a través de un video y calificó a la Argentina como “la punta del iceberg” de la región. “Si la Argentina vuelve al colapso y a la oscuridad, todo el movimiento volverá para atrás”, sostuvo. La idea de que la experiencia de La Libertad Avanza puede ser un antecedente para impulsar a otro gobierno de ultraderecha en América Latina atravesó toda la jornada.
El presentador Ben Shapiro repitió el concepto: “Argentina, los ojos del mundo están sobre tí”, aseguró. Con su discurso enfocado en la defensa del capitalismo, además, le envió un guiño a Marcos Galperín y reivindicó Mercado Libre.
El expresidente de Brasil Jair Bolsonaro también envió su saludo a través de un video. El dirigente se concentró en hablar en su situación judicial —de hecho no pudo asistir de forma presencial porque las autoridades tienen retenido su pasaporte— y le agradeció a Milei por haber recibido en Argentina a las personas que se escaparon de su país luego de haber sido acusadas por la Justicia de haber participado del levantamiento del 8 de enero. Se mostró con esperanzas a futuro y, como todos, tuvo su momento divino: “Si Dios quiere, vamos a vencer cuando llegue Donald Trump”.
El líder de Vox, el español Santiago Abascal, habló de este momento historico como un tiempo en el que se “alinearon los astros” en referencia al triunfo de Trump y el ascenso de Milei. “Estamos viviendo tiempos de fortuna y oportunidad para todo aquello que defendemos y para detener el globalismo y todas las agendas globales como la Agenda 2030 que nos quieren imponer como educa a nuestros hijos”, sostuvo y el público aplaudió. Su discurso se centró en la crítica a todos los organismos supranacionales, sobre todo contra Naciones Unidas.
Lo que este sector denomina “ideología de género” y la Agenda 2030 fueron los temas recurrentes en buena parte de los paneles. Es claro: no se trata de temas que obsesionen a Milei, sino que forman parte de los asuntos contra los cuales quieren ir estas derechas en todo Occidente. Kari Lake, del Partido Republicano estadounidense, habló del rol de las mujeres en esta “pelea”: “Las madres empezaron a decir ‘no van a tocar a nuestros hijos ni sobre nuestros cadávares’ y a ese movimiento yo me uní. Vamos a hacer lo necesario para cuidar a nuestros hijos. Las madres cambiamos los pañales de nuestros hijos y a los políticos hay que cambiarlos como a los pañales sucios”, declaró.
Vajk Farkas, de CPEC Hungría, habló de la experiencia de Orban. Cuestionó las sanciones económicas que la Unión Europea le impuso al país en los últimos 14 años y celebró los nuevos tiempos. “Ahora somos más. Tenemos que organizarnos y hacernos amigos. Ellos (los zurdos, como los había mencionado antes) están ejecutando intereses globalistas contra sus pueblos y nosotros estamos comprometidos a fomentar una alianza antiglobalización. Dios, patria y familia”, sostuvo.
El momento contra la prensa, otro de los temas que obsesiona a las nuevas derechas, estuvo en manos del español Javier Negre y de Mariano Pérez. “No se asusten señores periodistas… o sí. Porque les está saliendo muy mal la jugada. Argentina está volviendo a surgir y va a volver a ser potencia en menos tiempo del que nos esperamos”, sostuvo el fundador de Break Point.
El mexicano Ricardo Salinas Pliego utilizó una frase repetida en incontable cantidad de veces por Milei: “Nacimos para ser libres y no para ser esclavos y no hay libertad sin propiedad”, sostuvo y el público lo celebró. El mexicano fue el encargado de incorporar un tema a la jornada que es típico de las agendas de las derechas: “Debemos tener el derecho a tener armas”, aseguró y cuando los asistentes terminaron de aplaudir, agregó: “Tenemos el derecho a defendernos”.
Los exmacristas que se sumaron a la batalla cultural
Entre los expositores se destacó la presencia del ministro de Economía, Luis “Toto” Caputo, y de la ministra de Seguridad, Patricia Bullrich. Los dos, que vienen del macrismo, se sumaron a las filas de La Libertad Avanza y más: aseguran haberse comprometido con la batalla cultural. Bullrich se concentró en su gestión en seguridad. En particular, de la relación entre la libertad y la seguridad. El público celebró cada vez que repitió su lema: el que las hace, las paga. La ministra subrayó la caída del delito en Rosario y el protocolo antipiquetes.
Caputo llegó pasadas las 17 al Hotel Hilton con una comitiva de personas. Su presentación fue la única en la que hubo un auditorio casi lleno. El ministro hizo un repaso por las políticas económicas del gobierno y también hizo una mención a Federico Sturzzeneger, el ministro de Desregulación: “Está siendo imitado por el país más importante del mundo. Es increíble esto”, declaró. Como si estuviera sorprendido de su propia administración, Caputo repitió que su tarea tuvo mayores dificultades porque “no teníamos recursos” y “no teníamos credibilidad”.
Pero el ministro no se limitó a los detalles de su gestión sino que también habló de la batalla cultural. Caputo contó que al mediodía almorzó con Milei y que le agradeció que haya instalado este concepto sin el cual, aseguró, “nada de esto podría haber pasado”.
“El presidente está dando la batalla cultural no solo a nivel nacional, sino a nivel mundial. Es difícil explicar cómo alguien que no venía de la política, sin financiamiento, sin gobernadores le ganó a todo el aparato político”, aseguró Caputo. Cuando hizo mención a la ayuda que obtuvieron de “las fuerzas del cielo”, el público explotó.
Los soldados de Milei: Romo, Sotelo, Parisini y Santurio
Romo, Sotelo, Parisini y Santurio están determinados a crecer. Son los soldados de Milei, responden a Santiago Caputo y se mueven en bloque. En la CPAC Argentina subieron al escenario y hablaron de la batalla cultural.
El presidente del bloque La Libertad Avanza en la Cámara baja bonaerense, a diferencia del tono que suele utilizar en las entrevistas televisivas y en X, leyó un discurso en el que hizo un recorrido histórico en el que repitió, casi de forma textual, lo que dice Milei al respecto. Luego, contó su experiencia personal como militante: “Resulta que ser de extrema derecha es decir que solo existen dos géneros, que los hombres no pueden quedar embarazados y que la emisión monetaria genera inflación. Eso para mí es sentido común”, declaró.
Romo, antes de enumerar los logros del gobierno y de lanzar contra los organismos supranacionales, hizo una mención especial a favor del dueño de X: “Me gustaría destacar el rol que tuvo Elon Musk en esta batalla”, dijo en referencia a la supuesta libertad que aportó a la plataforma.
El diputado bonaerense, para cerrar, reivindicó la soberanía argentina sobre las Islas Malvinas, un tema en el que La Libertad Avanza acumuló pifies a lo largo del año. El público comenzó a corear: “Romo, Romo”. Hicieron lo mismo con los demás soldados de Milei. El grupo se llevó su banda. Parisini le agradeció a Milei por “salvar al país de las garras del socialismo”. El tuitero devenido en empresario de medios se refirió a su última polémica: el día que se refirió a Las Fuerzas del Cielo como “el brazo armado”. “¿Por qué un arma? Porque la circulación de información tiene algó en común con el combate en una batalla por las mentes”, dijo y cuestionó el rol de los medios tradicionales de comunicación.
“El Gordo Dan” sostuvo que las redes son “el 5to poder”. Según el tuitero, la única razón por la que hay iniciativas para regular las plataformas es porque otorgan libertad. Como su amigo, se refirió a la defensa de la vida desde la concepción, cuestionó las políticas de género y reivindicó los logros económicos del gobierno. “Viva la vida, viva la libertad, viva la propiedad”, terminó.
Sotelo subrayó la visibilidad internacional de Milei y se refirió a la incorporación de competencias en su secretaría desde que asumió: “El término ‘Civilización’ se agregó para todo lo que tiene que ver con lo los derechos humanos internacionales, como la ONU”, dijo y agregó: “Es presidente creó la única secretaría para combatir la Agenda 2030”. Su discurso se enfocó, justamente, en la pelea de las ultraderechas con los organismos supranacionales.
Después de detenerse en cómo trabaja la ONU, Sotelo cerró su discurso con guiño bélico: “Sus soldados (los de Milei) seguimos su marcha triunfal”, dijo y presentó a su amigo Santurio. El diputado, con tono filosófico, empezó su discurso preguntándose qué es lo que quieren conservar los conservadores y habló de la herencia recibida de Cicerón, Jesucristo, San Agustín, Santo Tomás Moro, Isabel de Castilla, Hernán Cortés, Thomas Jefferson y los padres fundadores de Estados Unidos, el Barón de Montesquieu, Abraham Lincoln, José de San Martín, José Manuel Estrada. “Queremos recrear esta herencia, este fuego sagrado”, sostuvo.
Según Santurio, todo lo que ellos defienden es lo que “el progresismo se empeña en destruir”. “Levantamos el estandarte de la familia fundada en la naturaleza”, agregó, cuestionó el relativismo y dijo que los conservadores levantan el estandarte de “la verdad”. Con una fuerte
A la espera de la llegada de Milei al Hilton, la pregunta es qué podrá decir el presidente argentino luego de una jornada en la que se repitieron hasta el cansancio los mismos conceptos con los que hizo campaña y a los que suele recurrir en cada intervención pública. ¿Sorprenderá?
FP / Gi